El joven futbolista del FC Barcelona, Lamine Yamal, ha sido denunciado públicamente por la Asociación de Personas con Acondroplasia y otras Displasias Esqueléticas en España (ADEE), luego de conocerse que contrató a personas con enanismo como parte del entretenimiento para su fiesta privada de cumpleaños número 18.
El hecho, que ha desatado una ola de indignación en redes sociales y medios locales, fue comunicado por ADEE este domingo, señalando que este tipo de prácticas “resulta intolerable porque perpetúa estereotipos, alimenta la discriminación y menoscaba la imagen y los derechos de quienes tienen acondroplasia u otras displasias esqueléticas, así como de todas las personas con discapacidad”.
Carolina Puente, presidenta de ADEE, “es inaceptable que en pleno siglo XXI se siga utilizando a personas con enanismo como diversión en fiestas privadas, y aún más grave cuando estos hechos involucran a figuras públicas de la talla de la estrella del FC Barcelona”. Puente recalcó con firmeza: “La dignidad y los derechos de nuestro colectivo no son entretenimiento para nadie, bajo ningún concepto”.
Demanda para Lamine Yamal
La organización anunció que tomará «acciones legales y sociales» para salvaguardar los derechos de las personas con discapacidad. Según explicó el comunicado, la contratación de personas con enanismo en este contexto vulnera no solo la legislación vigente, sino también “los valores éticos fundamentales de una sociedad que pretende ser igualitaria y respetuosa”.
Hasta el momento, Lamine Yamal no ha emitido una respuesta oficial ante estas denuncias. Sin embargo, diversas figuras del ámbito deportivo y social han comenzado a pronunciarse en redes, unos criticando al joven jugador y otros argumentando que podría tratarse de una mala gestión por parte de su entorno.
El escándalo ocurre en un momento clave para Yamal, considerado una de las grandes promesas del fútbol europeo y quien recientemente ha sido comparado con Lionel Messi por su desempeño en el terreno de juego.
Sin embargo, este episodio pone en entredicho la responsabilidad social que conlleva la fama y la influencia de figuras públicas, sobre todo entre las nuevas generaciones.
Desde ADEE hicieron un llamado a los medios, organizadores de eventos y figuras públicas a “tomar conciencia sobre el impacto de sus decisiones” y a evitar normalizar prácticas que refuercen estigmas o cosifiquen a colectivos vulnerables.
No se trata de censurar el humor ni el entretenimiento, sino de recordar que la dignidad humana no puede ser objeto de burla o espectáculo”, finalizó el comunicado.
