Una jueza de primera instancia ordenó la liberación del inmigrante, quien estuvo detenido en una cárcel en Tennessee.
El salvadoreño Kilmar Ábrego García fue liberado este viernes de la cárcel del condado Putnam, en Tennessee, tras una orden de una jueza de primera instancia, y ahora espera en libertad su juicio por cargos federales de tráfico humano.
Su abogado, Sean Hecker, confirmó la noticia en un comunicado a los medios: «Kilmar Ábrego García está libre. Actualmente, va en camino a su familia en Maryland, después de haber sido arrestado y deportado erróneamente, y luego encarcelado». Hecker añadió que su cliente «está agradecido de que los tribunales estadounidenses le hayan garantizado el debido proceso significativo».
Tras 160 días sin poder verlos, Ábrego García se reencontró con sus seres queridos, lo que calificó como «un día muy especial», según un comunicado de la organización defensora de migrantes CASA. El propio salvadoreño aseguró: «Estamos más cerca de la justicia, pero aún no se ha alcanzado la justicia plena».
Un caso con dos narrativas opuestas

Ábrego García, de 30 años, se convirtió en uno de los rostros más conocidos de los inmigrantes afectados por las políticas del presidente Donald Trump, después de ser deportado en marzo a una cárcel en El Salvador conocida por albergar a pandilleros. En junio fue devuelto a Estados Unidos bajo cargos federales y desde entonces permanecía encarcelado en Tennessee.
El futuro del salvadoreño, sin embargo, continúa siendo incierto. Según reportes de prensa, el Departamento de Seguridad Nacional notificó a sus abogados que deberá presentarse el lunes en Baltimore ante agentes migratorios, y existe la posibilidad de que sea expulsado a Uganda, aunque el gobierno no ha confirmado esta versión. Además, el ICE podría intentar detenerlo nuevamente en Maryland.
Las versiones sobre quién es Ábrego García son radicalmente distintas. Sus abogados lo describen como un trabajador de la construcción y padre de familia que fue deportado de forma arbitraria y acusado injustamente. En contraste, Trump y su gobierno lo han señalado como miembro de la pandilla MS-13 y como traficante de migrantes.
Este viernes, la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca, Abigail Jackson, lo calificó como «un indocumentado criminal, maltratador de mujeres» y advirtió: «Enfrentará la justicia por sus crímenes. Es un insulto para sus víctimas que este magistrado de izquierdas haya intervenido para ponerlo de nuevo en la calle». La funcionaria agregó que el salvadoreño portará una tobillera electrónica «para garantizar la seguridad de los estadounidenses hasta que se puedan tomar nuevas medidas».
La historia personal de Kilmar Ábrego

Ábrego nació en El Salvador y huyó a los 16 años luego de que una pandilla local extorsionara y aterrorizara a su familia. Se trasladó a Maryland, donde vivía su hermano ciudadano estadounidense, aunque él no tenía autorización para permanecer en el país.
Trabajó en la construcción, formó una familia junto a Jennifer Vásquez Sura, con quien tuvo un hijo, y se estableció en el condado de Prince George, cerca de Washington D.C. Sin embargo, en 2019 fue arrestado en un operativo policial en un Home Depot, junto a otros tres jornaleros sospechosos de pertenecer a la MS-13 por sus tatuajes y vestimenta.
Un informante con antecedentes penales señaló a Ábrego como miembro de la pandilla, según registros judiciales, aunque nunca fue acusado formalmente ni entregado a ICE en ese momento.
Ahora, tras su liberación, Kilmar Ábrego García busca reencontrarse con la normalidad y mantener a su familia unida, aunque la amenaza de una nueva detención y deportación aún pende sobre su futuro inmediato.