Son 133 cardenales de los llamados «príncipes de la Iglesia», quienes se encerrarán a partir del miércoles 7 de mayo en la Capilla Sixtina hasta elegir al nuevo pontífice en una votación incierta y sin claros favoritos. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, informó este lunes que todos los cardenales electores se encuentran ya en Italia para participar del cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco.
Esta jornada, en la décima congregación general, participaron 179 cardenales, 132 de ellos electores, pues no todos los purpurados participan siempre, explicó Bruni. En la sesión hubo 26 intervenciones que abordaron el derecho canónico, la naturaleza misionera de la Iglesia, el papel de Cáritas para defender a los pobres, la necesidad del cuidado de la Creación, la guerra en un mundo fragmentado y la preocupación por la división de la Iglesia, entre otros.

Bruni explicó que el camarlengo realizó este sábado el sorteo de habitaciones de Santa Marta y el otro edificio adyacente, donde se alojarán los 133 cardenales y ya desde mañana podrán entrar en este hotel en el que vivió Francisco durante sus doce años de pontificado.
Los cardenales podrán acudir a la Sixtina en minibuses o andando y en el recorrido «habrá presencia de las fuerzas de seguridad», explicó el portavoz vaticano, que también dijo que se sellarán otras zonas del palacio pontificio cercanas a la Capilla Sixtina, como la Sala Regia o la Capilla Paolina.
¿Cómo será el proceso?
Uno de los primeros ritos de este cónclave se producirá en la tarde de este lunes, cuando todo el personal, tanto eclesiásticos como laicos, desde los ceremonieros a los ascensoristas, que estarán vinculados en la organización prestarán el juramento de guardar absoluto secreto de todo lo que ocurra o serán excomulgados.
Mientras los cardenales votan, totalmente desconectados del mundo exterior y sin posibilidad siquiera de ver televisión, decenas de miles de personas en la plaza San Pedro y millones por televisión mantendrán la mirada fija en la pequeña chimenea instalada en el techo del majestuoso edificio a la espera de noticias. Si sale humo negro quiere decir que no hay consenso. En cambio, el humo blanco simboliza la elección de un nuevo papa.
El Vaticano finiquita los detalles de esta elección, que se remonta a la Edad Media. Instaló el lunes las cortinas de terciopelo rojo en el balcón central de la basílica de San Pedro, que se abrirán para la primera aparición del nuevo papa, que deberá haber recibido al menos 89 votos.