El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, convocó este miércoles a una reunión de emergencia con su gabinete ministerial en el Palacio de Planalto, luego de que el mandatario estadounidense, Donald Trump, impusiera aranceles del 50 % a las exportaciones brasileñas.
La medida fue justificada por la Casa Blanca con argumentos que mezclan cuestiones comerciales y críticas a la política interna brasileña.
«Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptarán ser controladas por nadie», declaró Lula a través de la red X, en una respuesta categórica a lo que consideró una intromisión inaceptable de Washington.
Lula afirma que no es sabio lo que hace Trump.
En el mismo mensaje, reafirmó que “el proceso judicial contra quienes planearon el golpe de Estado es de exclusiva responsabilidad de la Justicia brasileña y, por tanto, no está sujeto a ningún tipo de interferencia o amenaza que viole la independencia de las instituciones nacionales”.
Trump acusó al Gobierno brasileño de censurar redes sociales y calificó como una “vergüenza internacional” el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro por su presunta implicación en el intento de golpe de enero de 2023.
“¡Es una cacería de brujas que debería terminar inmediatamente!”, exigió en una misiva enviada a las autoridades de Brasil.
Lula no tardó en responder con dureza. “No considero que sea algo muy responsable o serio que un presidente de un país del tamaño de EE.UU. amenace al mundo a través de Internet.
Cada nación es dueña de su propio destino”, afirmó. Además, calificó de “falsa” la narrativa de una relación comercial injusta y advirtió: “Trump necesita saber que el mundo ha cambiado. No queremos un emperador”.
En el marco de las recientes amenazas de Washington contra los países que comercian con miembros del bloque BRICS, Lula reiteró que “no aceptamos ninguna queja contra la reunión de los BRICS” y defendió con firmeza la alianza multilateral.
Las tensiones entre Brasilia y Washington escalan en un contexto geopolítico marcado por una reconfiguración del comercio global y el resurgimiento de políticas proteccionistas desde la Casa Blanca.
