En vísperas de la Asamblea General de la ONU, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó un mensaje directo al mandatario estadounidense, Donald Trump, con quien anticipa un encuentro inevitable en Nueva York. Aunque dijo estar dispuesto a conversar “civilizadamente” con él, recalcó que el republicano “es el presidente de EE.UU., no el emperador del mundo”.
En entrevista con la BBC, Lula explicó que no tiene problema alguno en saludar a Trump si se cruzan en los pasillos del organismo internacional: “Le doy la mano a todo el mundo. Nací en la política negociando.
No tengo ningún problema personal con el presidente Trump. Lo único que quiero de él es que tenga una relación civilizada con Brasil, y que Brasil tenga una relación civilizada con él”.
El mandatario brasileño insistió en que, si debe negociar de inmediato con Washington, lo hará, pero subrayó que exige respeto a la soberanía nacional, algo que considera ha estado ausente en los últimos meses.
Tensiones y reclamos

El líder brasileño recordó que Trump impuso un impuesto a Brasil basado en “mentiras” sobre la regulación de las grandes tecnológicas. “Eso es inaceptable. Nadie regulará a las grandes tecnológicas en EE.UU., pero en Brasil sí regularemos a las que operan aquí, como debe hacerse en todo el mundo”, puntualizó.
Además, marcó distancia política e ideológica con el republicano: “Su comportamiento es muy perjudicial para la democracia. Se ha comportado muy mal y ha apoyado a personas antidemocráticas en todo el mundo”.
No obstante, Lula subrayó que esas diferencias no deben interferir en las relaciones bilaterales: “Dos presidentes no necesitan estar ideológicamente alineados, sino actuar con responsabilidad presidencial. Él es presidente de un país y yo de otro. La relación no tiene ideología; tiene intereses”.
“No tengo relación con Trump”

El mandatario brasileño también fue categórico: “No tengo ninguna relación con Trump”. Según explicó, mientras él no estaba en la presidencia, Trump se vinculó políticamente con Jair Bolsonaro, y esa relación fue con el expresidente, no con Brasil. “Ahora su relación es conmigo, porque yo soy el presidente”, enfatizó.
Lula lamentó que desde Washington no haya disposición al diálogo: “Llevo cuatro meses diciendo que estamos dispuestos a dialogar. No quieren. Él nunca quiso hablar”. Recordó que los anuncios de Trump sobre impuestos y sanciones se hicieron vía prensa y redes sociales, “sin la civilidad que exigen dos jefes de Estado”.
Líneas rojas de Brasil

Lula denunció que las medidas adoptadas por Trump contra su país fueron eminentemente políticas, no comerciales, pese al superávit de 410.000 millones de dólares que favorece a EE.UU. en los últimos 15 años. También criticó a Marco Rubio, secretario de Estado, por amenazar con sanciones adicionales y la revocación de visas a jueces brasileños tras la condena a Bolsonaro.
Con firmeza, Lula dejó claro que Brasil defenderá su soberanía: “Lo que no es negociable es la democracia y la soberanía nacional. Son nuestras, pertenecen al pueblo brasileño. Y nosotros mandamos aquí”.
Aun así, el presidente brasileño insistió en que ante cualquier conflicto “la mejor alternativa es sentarse a negociar”.