El primer ministro de Francia, François Bayrou, presentó este martes su dimisión al presidente Emmanuel Macron, después de que la Asamblea Nacional rechazara la moción de confianza que él mismo había convocado la víspera.
La caída del Gobierno marca un nuevo episodio de inestabilidad en el segundo mandato de Macron, quien aseguró que nombrará al sustituto “en los próximos días”.
Según medios franceses, Bayrou llegó al Palacio del Elíseo alrededor de las 13:30 (hora local) y abandonó el recinto poco antes de las 14:50, tras entregar formalmente la renuncia de su Ejecutivo. El propio presidente reconoció la urgencia de la situación y prometió designar rápidamente un nuevo primer ministro capaz de enfrentar el complejo escenario político.
El detonante: los recortes al gasto público

El fracaso del Gobierno de Bayrou se debe, en gran medida, a su propuesta de recortes presupuestarios. A mediados de julio, presentó un plan para 2026 que incluía reducciones por 44.000 millones de euros (unos 51.000 millones de dólares), con el fin de contener el déficit y la deuda pública de Francia. Sin embargo, la iniciativa generó amplio rechazo social y político.
La situación fiscal del país es alarmante: el déficit alcanzó el 5,8 % del PIB en 2024, mientras que la deuda llegó a 3,346 billones de euros al cierre del primer trimestre de 2025, lo que representa el 113,9 % del PIB. Bayrou defendió que los ajustes eran indispensables, pero la oposición en la Asamblea Nacional aprovechó la división política para bloquear la moción de confianza, dejando sin respaldo al Gobierno.
Macron en el ojo del huracán

El mandatario enfrenta ahora una presión creciente. La fragmentación legislativa, producto de la disolución de la Asamblea en 2024 y las elecciones posteriores, dejó a la coalición oficialista con apenas 168 escaños, sin posibilidad de construir mayorías estables.
La oposición ha elevado el tono. Desde la izquierda, Mathilde Panot, de La Francia Insumisa, acusó al presidente de “no querer cambiar su política, así que tendremos que cambiar al presidente”. Jean-Luc Mélenchon fue aún más tajante: “El país necesita un momento refundador. Solo unas nuevas elecciones presidenciales lo permiten”.
Marine Le Pen, líder de Agrupación Nacional, lamentó que Macron no considere dimitir y sostuvo que no se trata de “una opción”, sino de “una obligación” convocar elecciones legislativas anticipadas.
¿Quién sucederá a Bayrou

En medio de esta crisis, varios nombres suenan como posibles reemplazos. Entre los favoritos se encuentran el ministro de Justicia, Gérald Darmanin; la ministra de Salud y Trabajo, Catherine Vautrin —la única mujer considerada—; el ministro de Economía, Éric Lombard; y el titular de Defensa, Sébastien Lecornu. También aparece en la lista el diputado socialista Olivier Fauré y el presidente regional Xavier Bertrand.
De acuerdo con la cadena BFMTV, Darmanin cuenta con ventaja por su experiencia en casi todos los gobiernos desde 2017. No obstante, la elección de Macron será estratégica, pues deberá encontrar a alguien capaz de negociar con un Parlamento sin mayorías y de enfrentar la amenaza de protestas sociales.
Protestas en el horizonte
El clima de tensión no se limita a los pasillos del poder. Colectivos ciudadanos y sindicatos ya han comenzado a movilizarse contra la agenda de austeridad. El grupo Bloqueemos Todo anunció para este miércoles manifestaciones bajo el lema de paralizar el país, mientras que los principales sindicatos convocaron una jornada de protestas para el 18 de septiembre.
Macron mantiene un control sólido en política exterior y como comandante en jefe de las fuerzas armadas, incluidas las nucleares. Sin embargo, en el terreno nacional, la debilidad de su coalición y el rechazo a las reformas fiscales colocan al presidente en una situación límite.
La dimisión de Bayrou, segundo primer ministro que cae en nueve meses, refleja la creciente dificultad de gobernar una Francia fragmentada y con fuerte oposición social. Ahora, el reto para Macron será evitar que la crisis institucional derive en un escenario de ingobernabilidad crónica.