El presidente venezolano, Nicolás Maduro, inauguró este jueves al Congreso Mundial en Defensa de la Madre Tierra, instalado en Caracas y que reúne a más de tres mil participantes de 63 países, entre líderes sociales, ambientalistas, académicos y representantes del poder popular.
Desde el Teatro Municipal, Maduro envió un saludo destacando la participación internacional y las corrientes ambientalistas que alertaron sobre las amenazas al planeta.
Maduro subrayó que, a pesar de las múltiples cumbres y los poderosos movimientos ecologistas, no existe hasta ahora una respuesta global efectiva para enfrentar la crisis climática. Recordó el incumplimiento de los compromisos de Copenhague y criticó a los países del norte global por no financiar adecuadamente las soluciones para los pueblos del sur.
En un mensaje enfático, afirmó que Venezuela, a pesar de las dificultades, se posiciona como un “epicentro de esperanza”, gracias a la adopción de métodos agrícolas innovadores que permitieron recuperar y superar las áreas de cultivo afectadas por el cambio climático. Propuso fortalecer una agenda agroecológica y regenerativa adaptada a cada región, como clave para enfrentar la crisis.
Maduro denunció la amenaza de un “imperio supremacista” que busca imponer una dictadura global basada en la destrucción del planeta y planteó la urgencia de luchar por un nuevo modelo de sociedad que respete la humanidad y garantice un futuro sostenible para todos.
Finalmente, anunció su respaldo a las movilizaciones previstas para el 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena, en rechazo a la herencia colonial y en defensa de los pueblos originarios de América Latina.