El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció este jueves que Estados Unidos ha iniciado “una nueva era de piratería naval en el Caribe”, tras la incautación de un petrolero venezolano frente a las costas del país, acción anunciada un día antes por el presidente estadounidense Donald Trump. Según Caracas, el operativo no tiene relación con la lucha antidrogas, como sostiene Washington, sino con el interés por apropiarse del crudo venezolano.
“Ayer se les cayó la máscara”, afirmó Maduro en una transmisión nacional. “No es narcotráfico, ‘fake news’. No. Es el petróleo, que se lo quieren robar, y Venezuela va a defender su soberanía sobre sus recursos naturales”. El mandatario añadió que EE.UU. cometió “un acto absolutamente criminal e ilegal” al ejecutar “un asalto militar, secuestro y robo como piratas del Caribe contra una nave mercantil, comercial, civil, privada, una nave de paz”.

El Gobierno venezolano informó que el buque transportaba cerca de 1.900.000 barriles de petróleo destinados a mercados internacionales y denunció que su tripulación está “desaparecida”. “A esta hora, los tripulantes están secuestrados, nadie sabe dónde están”, lamentó Maduro.
Desde Washington, Trump reveló que EE.UU. decidió “quedarse” con el petróleo incautado. Consultado sobre los motivos de la operación, declaró que se llevó a cabo por “una muy buena razón”, sin ofrecer detalles adicionales. Para Caracas, la explicación es inequívoca: “un robo descarado y un acto de piratería internacional”. Recordó, además, que en 2024 el propio Trump afirmó abiertamente su intención de apropiarse del petróleo venezolano “sin pagar ninguna contraprestación”.
Las autoridades venezolanas sostienen que el argumento del narcotráfico es una excusa para justificar operaciones militares en el Caribe. “No es la migración. No es la democracia. No son los derechos humanos. Siempre se trató de nuestras riquezas naturales”, señaló el Gobierno en un comunicado.
Reacciones internacionales en solidaridad con Venezuela y Maduro

Las reacciones internacionales no tardaron en llegar. Cuba y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) condenaron la acción estadounidense. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, calificó la incautación como “un vil acto de piratería” que viola el derecho internacional. El ALBA, por su parte, habló de una “gravísima violación” contra la soberanía venezolana.
México también reiteró su postura tradicional. La presidenta Claudia Sheinbaum expresó: “México siempre va a defender la autodeterminación de los pueblos, la no invasión y la no injerencia”.

Desde Moscú, el canciller Serguéi Lavrov comentó que Washington “abordó la cubierta del petrolero acusándolo de transportar crudo cuya venta está prohibida”, pero afirmó que aún no hay información completa. “Espero que EE.UU. explique sobre la base de qué hechos está tomando esas medidas”, afirmó. El Kremlin añadió que Vladímir Putin llamó a Maduro para expresarle “su solidaridad con el pueblo venezolano”.
Mientras tanto, continúan las tensiones en la región. Desde agosto, EE.UU. mantiene un amplio despliegue militar como parte de la operación “Lanza del Sur”, oficialmente destinada a combatir el narcotráfico. Sin embargo, la ONU y la propia DEA han reiterado que Venezuela no es una ruta principal para el tráfico hacia EE.UU., pues más del 80% de las drogas cruzan por el Pacífico.
Caracas insiste en que el verdadero objetivo es un “cambio de régimen” y el control de las riquezas energéticas del país.

