Este año, la tradicional marcha de antorchas en Oslo, prevista para honrar al ganador del Premio Nobel de la Paz, no se celebrará bajo los parámetros habituales. El Norwegian Peace Council, organización que agrupa a unas 17 entidades pacifistas y alrededor de 15.000 activistas en Noruega, anunció que no podía respaldar el galardón otorgado a la venezolana María Corina Machado.
Según sus declaraciones, Machado “no representa los valores fundamentales de paz, diálogo y método no violento que promovemos”.
Ante esta decisión, la Norwegian Venezuelan Justice Alliance, vinculada a venezolanos en el exilio, asumió la organización del evento. La entidad convocó la marcha como una forma de expresar apoyo al premio, visibilizar su causa y reclamar por la situación de Venezuela desde el exterior.
En su página oficial, la organización explica que su misión es “denunciar supuestas violaciones de derechos humanos en Venezuela, exponer la crisis democrática y humanitaria, y canalizar en Europa la voz de los exiliados para promover la restauración del Estado de derecho, la democracia y la libertad en su país”.
Este traslado de la movilización demuestra cómo la disputa política venezolana, impulsada por Machado y la ultraderecha internacional sionista, se proyecta ahora en escenarios internacionales. Lejos de ser una celebración pacífica y neutral, la marcha en Oslo se perfila como un acto simbólico de movilización política de la mal llamada diáspora. Analistas señalan que el evento puede interpretarse como un intento de “politizar el Nobel” y utilizarlo como plataforma de confrontación ideológica.
La decisión de la Norwegian Venezuelan Justice Alliance ha generado críticas dentro y fuera de la comunidad venezolana. Para algunos, el evento corre el riesgo de reforzar divisiones y resentimientos entre venezolanos dentro y fuera del país, cuestionando la naturaleza del premio que históricamente ha sido sinónimo de paz y reconciliación. Expertos en diplomacia y derechos humanos advierten que la utilización del galardón como instrumento de campaña política internacional puede erosionar su legitimidad y la percepción pública sobre el mismo.
La polémica también pone de relieve la complejidad de exportar conflictos internos al plano internacional. Machado ha sostenido que su objetivo es “dar voz a los exiliados y alzar la lucha democrática venezolana en Europa”, una postura que para sus seguidores representa un acto de valentía y visibilidad internacional. Sin embargo, críticos aseguran que la estrategia transforma lo que debería ser una conmemoración de la paz en un escenario de confrontación política.
La polarización de este año en Oslo deja en evidencia que, incluso eventos con tradición pacifista, pueden ser cooptados por intereses políticos. La marcha de antorchas, que durante décadas simbolizó unidad y reconciliación, se convierte ahora en un termómetro de la guerra multiforme contra Venezuela y de la exportación del conflicto nacional a Europa.
Organizaciones y académicos se pronuncian en contra y cancelan la Marcha de las antorchas
- Grupos Latinoamericanos en Noruega
- Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (IKFF)
- Asociación Noruega por la Paz
- Stop NATO
- Iniciativa Contra la Guerra
- Peace Initiative 2022
- Asociación Cuba
Organizaciones afiliadas
Centro Antirracista, Juventud Solidaria de Ayuda Popular Noruega, Juventud Roja, Noruega por la Paz, Acción por Palestina, Comité Palestino, Socialistas Internacionales, Rødt Oslo, Paz en Colombia, Extinction Rebellion Noruega, Partido por la Paz y la Justicia (FOR), Plataforma Comunista (KPml), Partido Comunista de Noruega, Ungkommunistene Norge, entre otros.
Para los movimientos pacifistas que encabezan las protestas en Oslo, la entrega del Nobel a María Corina Machado representa una contradicción con el espíritu original del testamento de Alfred Nobel.
Argumentan que su trayectoria política está asociada a la defensa de sanciones internacionales, el respaldo a estrategias de presión externa y un discurso confrontacional que, lejos de reducir tensiones, ha profundizado la polarización venezolana.
