Sismo que sacudió Afganistán Oriental
El pasado domingo 31 de agosto de 2025, un potente terremoto de magnitud 6.0 en la escala de Richter estremeció el este de Afganistán, generando una ola de destrucción en las regiones montañosas y de difícil acceso, principalmente en la provincia de Kunar y áreas aledañas. La fuerza del sismo, con un epicentro localizado a 27 kilómetros al este de la ciudad de Narhar y a apenas 8 kilómetros de profundidad, incrementó notablemente el impacto destructivo en las comunidades menos preparadas para enfrentar este tipo de desastres naturales.
Este fenómeno natural ha provocado, hasta la fecha, la muerte confirmada de más de 2.200 personas, mientras que alrededor de 3.640 resultaron heridas. A esto se suma la destrucción masiva de viviendas, con más de 6.700 hogares derrumbados, dejando a miles de familias sin refugio y en situación crítica.

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Impacto regional y zonas más afectadas
Las provincias más golpeadas por el terremoto incluyen Kunar, Nangarhar, Laghman, Nuristán y regiones cercanas a la frontera con Pakistán. En Kunar, las autoridades reportaron daños severos en al menos cinco distritos: Nurgal, Chowki, Watapur, Manogi y Chapa Dara, donde el número de fallecidos ha sido particularmente alto. Las aldeas enteras han quedado devastadas, aumentando el número de personas atrapadas bajo los escombros, dificultando las labores de rescate.
La fragilidad de las infraestructuras, sumada a décadas de conflictos y escasez de recursos para construir viviendas resistentes, agravaron los daños y el sufrimiento de las comunidades locales. Además, la caída de la ayuda internacional y los recientes movimientos masivos de desplazados complican aún más la situación humanitaria en esta región ya vulnerable.
Labor de rescate y obstáculos en el terreno
Desde las primeras horas tras el terremoto, equipos de búsqueda y rescate intensificaron sus esfuerzos para localizar sobrevivientes y asistir a los heridos. Sin embargo, el terreno montañoso, las carreteras bloqueadas y la limitada conectividad dificultan el acceso a muchas localidades afectadas.
Las autoridades afganas, junto con voluntarios locales y especialistas internacionales, trabajan incansablemente para liberar a las personas atrapadas y trasladar a los pacientes a hospitales que, en muchos casos, sufren saturación debido al alto volumen de heridos. Se han organizado vuelos de evacuación por helicópteros y se han habilitado centros de atención médica de emergencia.
Además, el país sufrió réplicas sísmicas posteriores, una de ellas de magnitud 5.2 cerca de Jalalabad, lo que ha provocado que el temor y la incertidumbre aumenten entre la población afectada, complicando la operación de ayuda y recuperación.

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Respuesta talibán y cooperación internacional
Los talibanes ha sido los encargados de emitir inicialmente las cifras oficiales y coordinar la respuesta inmediata al desastre. A través de su portavoz adjunto, Hamdullah Fitrat, actualizaron la cifra de fallecidos y heridos, informando además sobre la reanudación del tránsito en carreteras bloqueadas que facilitarán la llegada de ayuda.
Se han desplegado equipos profesionales de rescate provenientes de otros países y organizaciones de ayuda humanitaria que trabajan en conjunto con las autoridades locales para mejorar las condiciones de las personas afectadas. Sin embargo, el contexto político y económico del país presenta desafíos adicionales para la efectiva distribución de recursos y atención a las víctimas.
Situación humanitaria y desafíos futuros
Miles de desplazados se encuentran en refugios temporales, como tiendas de campaña instaladas en zonas seguras, donde reciben atención médica básica. Organizaciones internacionales han advertido sobre la necesidad urgente de suministros de alimentos, agua potable y medicinas para evitar que la crisis humanitaria empeore, especialmente ante la llegada del invierno en esta región montañosa.
Las comunidades afectadas muestran signos de profunda vulnerabilidad física y psicológica, y la fragilidad del sistema de salud hace que el riesgo de enfermedades infecciosas aumente de manera exponencial. La respuesta internacional se mantiene en alerta ante la urgencia de brindar apoyo sanitario y reconstrucción para que los sobrevivientes puedan recuperar sus vidas.

Testimonios y escenarios conmovedores
Los relatos de residentes describen momentos de pánico y devastación durante y después del terremoto. En las aldeas, el sonido de las casas desplomándose se mezcla con los gritos de auxilio de quienes quedaron atrapados bajo los escombros. Los centros hospitalarios reportan una afluencia constante de pacientes, muchos en estados críticos.
Las autoridades locales destacaron el valor y la dedicación de los equipos de rescate locales, quienes desafían condiciones extremas para salvar vidas. Sin embargo, reconocen que la situación es difícil y que el número de víctimas podría continuar incrementándose conforme se tenga acceso a las zonas más remotas.
El llamado a la solidaridad global
Ante el terremoto que ha golpeado severamente a Afganistán Oriental, organizaciones internacionales, gobiernos y ONG han lanzado llamados a la solidaridad y el apoyo urgente para garantizar la atención médica, la provisión de alimentos y la reconstrucción de viviendas.
La comunidad mundial se encuentra atenta a la evolución de esta situación y muchos actores ya han empezado a movilizar recursos, mientras que las autoridades afganas continúan alertando sobre la necesidad de cooperación internacional para afrontar las secuelas del desastre.
Este terremoto no solo recuerda la vulnerabilidad geológica de Afganistán, sino también la fragilidad social y política que enfrenta el país, haciendo imperativo un enfoque integral para minimizar el impacto de futuros desastres naturales y proteger a sus ciudadanos.
