El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos denuncia crímenes entre milicias drusas y tribus sunitas en el sur de Siria. El conflicto se intensifica con la implicación indirecta de Israel, que ha bombardeado zonas cercanas durante la escalada.
La ola de violencia devastadora sacudió la provincia siria de Sweida durante los últimos siete días, dejando al menos 1.339 personas muertas, entre ellas 196 ejecutadas sumariamente, según un balance no definitivo del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Los enfrentamientos estallaron el 13 de julio en esta región de mayoría drusa al sur de Siria y se han convertido en uno de los episodios más sangrientos del año en el país. Las hostilidades han enfrentado a milicias drusas locales, algunas de ellas armadas con el respaldo tácito del gobierno, contra tribus beduinas sunitas acusadas de colaborar con Damasco.
La violencia ha incluido ejecuciones extrajudiciales, saqueos, incendios de viviendas y desplazamientos forzados. Más de 93.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares.
Entre los muertos se encuentran civiles, combatientes armados y miembros de las fuerzas de seguridad, según múltiples informes corroborados por organizaciones como Human Rights Watch y la Red Siria de Derechos Humanos (SNHR).
Ejecuciones sumarias y crímenes atroces
«Las ejecuciones han sido masivas y sistemáticas, incluyendo mujeres y niños», advirtió el OSDH. Según el organismo, muchas de las víctimas fueron retenidas en escuelas o mezquitas antes de ser ejecutadas y arrojadas a fosas comunes o quemadas.
Vídeos compartidos por activistas en redes sociales muestran a hombres atados, sometidos a golpes y posteriormente ejecutados, mientras que otras grabaciones captan saqueos a propiedades de clanes rivales. Varias casas fueron incendiadas como parte de represalias cruzadas.
¿Qué desató la matanza?
La chispa inicial pudo haber sido un conflicto territorial y tribal, agravado por la intervención de grupos armados leales al gobierno sirio, quienes intentaron imponer control sobre zonas clave de Sweida bajo la justificación de combatir “elementos extremistas”.
Pero líderes comunitarios drusos aseguran que el régimen sirio ha estado manipulando las tensiones para debilitar la autonomía de las milicias drusas, que según dijo, durante años se han mantenido neutrales o incluso en oposición a Damasco.
¿Cuál fue el papel de Israel?
Aunque Israel no participó directamente en los enfrentamientos en Sweida, fuentes militares regionales indican que durante la misma semana, Israel lanzó bombardeos en zonas cercanas, específicamente en el suroeste de Siria, donde Israel dice que se sospecha operan milicias proiraníes aliadas a algunas facciones tribales involucradas en el conflicto.
El Ministerio de Defensa sirio denunció públicamente que los ataques israelíes, combinados con el caos interno, «han agravado la fragmentación de la seguridad en las provincias del sur», especialmente en un momento en que se desarrollaban violaciones masivas de derechos humanos en Sweida.
Expertos advierten que Israel podría estar aprovechando la desestabilización para debilitar la influencia iraní en la región. “Israel actúa como un acelerador del colapso territorial del sur sirio, fragmentando aún más las comunidades locales”, declaró un analista del Carnegie Middle East Center.
Los drusos en Israel: ciudadanos leales y soldados
- Alrededor de 150.000 drusos viven en Israel, principalmente en Galilea y el Golán.
- A diferencia de otras minorías árabes, los drusos sirven obligatoriamente en el ejército israelí desde 1956. Muchos han alcanzado altos rangos en las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel).
- Son vistos por el establishment israelí como aliados leales al Estado.
- En Siria, la comunidad drusa se concentra sobre todo en la provincia de Sweida (al sur del país), no lejos del Golán ocupado por Israel.
Organizaciones de derechos humanos han exigido una investigación internacional inmediata. Human Rights Watch condenó los crímenes como posibles “crímenes de guerra” y llamó a la ONU a enviar una misión urgente de verificación.
«Los enfrentamientos en Sweida no son simplemente una lucha tribal; representan una nueva fase de colapso del Estado sirio, con implicaciones regionales graves», advirtió un informe reciente de la Fundación para la Paz en Medio Oriente.
Por su parte, la ONU ha hecho un llamado al cese inmediato de la violencia y pidió a todas las partes “respetar la vida de los civiles y permitir el acceso humanitario sin restricciones”.