El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que las conversaciones de Budapest con Vladimir Putin aún podrían celebrarse, durante su conversación con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán en la Casa Blanca este viernes.
«Me gustaría que se quedara en Hungría, en Budapest. Resultó que no quería celebrar esa reunión porque no creía que fuera a ocurrir nada significativo. Pero si se celebra, me gustaría que fuera en Budapest», dijo.
Orbán tenía previsto recibir en Budapest a Donald Trump y Vladimir Putin para su histórica segunda cumbre, y a principios de esta semana afirmó que sería necesario resolver «uno o dos asuntos» para que pudiera celebrarse.
Sanciones a Rusia
Trump también dijo que el primer ministro húngaro había solicitado una exención a las nuevas sanciones petroleras rusas, y el presidente estadounidense lo llamó «amigo», pero afirmó que no se la había concedido, aunque los informes de los medios sugirieron que Trump no lo había descartado.
“Lo estamos estudiando porque es muy difícil para él conseguir el petróleo y el gas de otras zonas”, ha dicho Trump a la pregunta de un periodista y con Orbán a su derecha antes de un almuerzo de trabajo.
“(Hungría) Es un gran país, un país grande, pero no tienen mar, no tienen puertos, así que tienen un problema difícil”. “Muchos otros países europeos no tienen esos problemas y compran mucho petróleo y gas de Rusia y eso me preocupa mucho porque les estamos ayudando”, aseveró.
Estados Unidos impuso recientemente restricciones a Rosneft y Lukoil, medidas que Trump expresó su esperanza de que «no duren mucho» y que Moscú calificó de «altamente contraproducentes». El líder húngaro advirtió que esto podría colapsar la economía de su país, ya que las sanciones afectarán a los compradores extranjeros.
La UE también sancionó la energía rusa en el decimonoveno paquete de restricciones del mes pasado, impulsando sus planes para eliminar gradualmente el petróleo y el gas a pesar de que Hungría y Eslovaquia siguen siendo grandes importadores.
Días después, la ministra federal alemana de Asuntos Económicos, Katherina Reiche, admitió que su país ya no era competitivo debido a los altos precios de la energía y la burocracia. Rusia condenó las sanciones de la UE por no tener el efecto deseado y perjudicar principalmente a la Unión Europea.

