El Departamento de Estado de Estados Unidos suspendió la visa del presidente colombiano Gustavo Petro, tras sus declaraciones en una protesta en Nueva York contra el genocidio israelí en Gaza. La medida fue justificada por Washington como declaraciones «imprudentes e incendiarias».
En respuesta, varios ministros del gobierno de Petro anunciaron el lunes que renunciaban voluntariamente a sus visas estadounidenses en señal de solidaridad con el mandatario. La primera en manifestar esta decisión fue la canciller Rosa Yolanda Villavicencio, quien acusó a Estados Unidos de vulnerar normas diplomáticas internacionales y de atropellar la inmunidad diplomática colombiana.
Germán Ávila Plazas, ministro de Hacienda, afirmó en sus redes sociales que para trabajar por el pueblo colombiano no necesitan visado estadounidense. La superintendente de Industria y Comercio, Cielo Rusinque, calificó la acción de Washington como un acto de dominación planetaria que viola el principio de libre determinación y el orden institucional internacional establecido tras la Segunda Guerra Mundial.
El ministro de Interior, Armando Benedetti, anticipó que se podrían sumar más renuncias de visas entre funcionarios colombianos, elevando la protesta oficial contra la medida de EE.UU.
La decisión estadounidense se produjo luego de que el presidente Petro participara en una manifestación en Nueva York, donde condenó el ataque de Israel en Gaza y llamó a los soldados estadounidenses a desobedecer órdenes de Donald Trump, provocando la reacción inmediata del Departamento de Estado.
Petro, sin embargo, minimizó el impacto de la suspensión, señalando que no necesita la visa estadounidense para viajar a EE.UU., debido a que posee también ciudadanía italiana.
Este acto conjunto de los ministros del gobierno de Petro reafirma la postura de defensa de la soberanía nacional y critica la injerencia y doble moral de Estados Unidos, en un contexto marcado por agresiones geopolíticas y la defensa de causas internacionales desde posiciones progresistas.