La ex presidenta argentina, Cristina Fernández, confirma que sigue siendo un fenómeno político en su país. Hasta algunos referentes opositores coincidieron en que la ex presidenta recuperó terreno y podría incluso, unificar al peronismo.

Este miércoles, una multitud que algunos medios estiman en un millón de personas, se volcó a las calles del país para darle su respaldo y protestar la acción de la justicia argentina que la condenó, sin pruebas, a 6 años de prisión domiciliaria.
“Somos de la gloriosa, juventud peronista…a pesar de las bombas, de los fusilamientos, de los compañeros muertos, de los desaparecidos…no nos han vencido…”, retumbó como un mantra y no solo una canción que tiene ese no se qué de los que aún no han sido vencidos.

Al desorden inicial porque no había horario ni punto de concentración establecido para la marcha que terminó siendo convocada en Plaza de Mayo, le siguió la alegría de escuchar en un mensaje grabado la voz de la ex presidenta Fernández.
La principal dirigente del peronismo y de la oposición dio un discurso desde su lugar de reclusión que quedará para la historia. Me escuchan? Soy Cristina..pudo oírse y provocó la algarabía general entre los asistentes. La que precede al invitar a tu vida, a una persona que siempre está.
Esa comunión tan íntima y tan «Cristina» con los suyos ya se ha convertido en fe e ilusión para muchos argentinos que sueñan con «volver». A una jubilación digna, al Estado presente, a la cobertura total de medicamentos y la mano tendida al que le hace falta.

¿Qué dijo Cristina?
“Hola, ¿qué tal? ¿Cómo están, queridos compatriotas, en esa maravillosa e histórica Plaza de Mayo? Bueno, yo acá, en San José 1111, firme y tranquila. Eso sí, con prohibición de salir al balcón. Dios mío, qué cachivaches que son”, arrancó entre risas.
“Los he escuchado cantar consignas, la marcha, el himno. Pero lo que más me gustó fue escucharlos gritar otra vez ‘vamos a volver’”.
La expresidenta dijo que quiere de nuevo un país donde los pibes coman cuatro veces al día, donde en las escuelas haya libros y computadoras, donde los laburantes lleguen a fin de mes y los jubilados reciban sus remedios.
“Ese país no fue ninguna utopía. Lo vivimos. Fueron doce años y medio en los que eso pasaba. Y además lo dejamos desendeudado, como a las familias y a las empresas”, subrayó.
“Increíble lo que han hecho, cómo han destruido todo”, señaló. Y disparó: “como aquello fue una realidad, les quiero decir que este modelo que ahora encarna Milei no es distinto a los de antes. Se cae, compañeros. Y no se cae solo porque es injusto o inequitativo, se cae porque es insostenible en términos económicos. Tiene vencimiento, como el yogur”.
“Ya lo vimos con Martínez de Hoz en el ‘76, con Cavallo en los ‘90… siempre termina igual”.
“No sé qué me depara el futuro inmediato, no tengo una bola de cristal. Pero ya viví una dictadura que desapareció a 30.000 compañeros, viví intentos de saquear el país, viví el sacrificio de Néstor, y también un intento de asesinato. La verdad, no me ha faltado nada en estos años. Y a pesar de todo, acá estoy”.
En uno de los pasajes más conmovedores, aseguró: “Voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para estar junto a ustedes. Lo vamos a hacer porque tenemos algo que ellos jamás van a tener, ni aunque compren todo: tenemos pueblo, tenemos memoria, tenemos historia y tenemos patria. Vamos a volver. Una y mil veces vamos a volver. Los pueblos, finalmente, siempre vuelven”.
“Les mando un abrazo enorme a esa plaza maravillosa, desbordada, que me hace acordar a la del 9 de diciembre de 2015. Gracias por estar codo a codo, fuerza compatriotas, los quiero con todo mi corazón. Como siempre, con firmeza, con mucho trabajo y con amor profundo por esta patria. Fuerza compañeros, fuerza argentinos”.
