La visita de Vladimir Putin a la India, más allá de un simple acto diplomático rutinario, refleja los esfuerzos de Moscú y Nueva Delhi por establecer un polo de poder independiente frente al orden occidental.
Esta es la primera visita de Putin desde la guerra de Ucrania y se produce en un momento en que Rusia busca fortalecer sus lazos con potencias no occidentales para romper el aislamiento causado por las sanciones.
Para la India, esta visita también supone una prueba de independencia estratégica y del mantenimiento de relaciones privilegiadas con Moscú ante la presión de Washington. El resultado de este proceso es la profundización de la cooperación en energía, defensa y seguridad, y el avance hacia mecanismos financieros alternativos para eludir las sanciones.
El impacto de esta cooperación en Irán es multifacético. La coordinación entre Moscú y Nueva Delhi para apoyar una solución diplomática al problema nuclear iraní es un enfoque constructivo para Teherán. Y lo que es más importante, el papel estratégico de Irán en el Corredor Norte-Sur, cuyo desarrollo India y Rusia se toman en serio.
La línea Chabahar-Rasht-Astara (ciudades del norte de Irán) es un enlace vital en esta ruta, y una mayor proximidad entre Moscú y Nueva Delhi podría atraer más inversión y atención política para completarla y fortalecer la posición de Irán como centro de tránsito euroasiático.
La referencia de Putin a la venta de uranio a EEUU, mientras Washington sanciona la compra de petróleo ruso por parte de terceros, reveló una vez más la naturaleza dual de las políticas estadounidenses. Una contradicción que cuestiona la legitimidad de las sanciones unilaterales y abre la puerta a que Rusia y sus socios critiquen la doble moral de Occidente.
Esto también concuerda con los esfuerzos conjuntos de India y Rusia para reducir la hegemonía del dólar y establecer mecanismos de pago en monedas nacionales. Una vía que podría crear un mayor margen de seguridad económica para países como Irán a largo plazo.
Conclusión: En general, la visita de Putin a la India debe considerarse un paso importante hacia el fortalecimiento del orden multipolar. Un orden en el que la cooperación entre potencias no occidentales se ha intensificado para crear redes independientes y reducir la dependencia de las estructuras financieras y de tránsito de influencia occidental.
Dada la pertenencia de Rusia, India e Irán a la organización BRICS, este desarrollo podría brindar importantes oportunidades para Irán en el corazón de Eurasia mediante el fortalecimiento de corredores estratégicos y nuevos mecanismos financieros.
Autor: Analista #SeyedMohammadJavadHosseini

