Un juez federal en Texas ordenó al gobierno de Donald Trump facilitar el contacto entre Widmer Josneyder Agelviz Sanguino, un joven venezolano deportado a El Salvador, y sus abogados.
Agelviz, de 24 años, llegó a EE.UU. en septiembre con su madre y dos hermanos menores. Fue detenido al llegar al aeropuerto de Houston por un tatuaje (un reloj y una rosa) y aunque no tiene antecedentes penales ni pruebas adicionales en su contra las autoridades lo asociaron con la extinta banda del Tren de Aragua.
Aunque tenía programada una audiencia de inmigración, fue deportado sin comparecer ante un juez, en el marco del uso que la administración Trump hace de la Ley de Enemigos Extranjeros (AEA). Fue enviado a una prisión de máxima seguridad en El Salvador junto a casi 200 personas más.
El juez Keith Ellison dio al gobierno 24 horas para confirmar su paradero y 48 horas para restablecer la comunicación abogado-cliente. El caso ha generado preocupación por la evidente violación del debido proceso.
El abogado Javier Rivera denunció la ilegalidad de su detención, mientras que la Casa Blanca defendió la deportación, señalándolo de pertenecer al extinto Tren de Aragua, banda con la Trump criminaliza a los migrantes venezolanos.
El caso es similar al de Kilmar Abrego García, otro venezolano deportado bajo las mismas acusaciones. Ambos casos están impulsando desafíos legales contra el uso de la AEA por parte del gobierno de Trump.