En el centro de la Franja de Gaza, las fuerzas de ocupación mataron a tiros a un niño en medio de los ataques contra el campo de refugiados de Al-Bureij. Según el ministerio de Salud de la Franja de Gaza, 32 cuerpos han sido recuperados sólo durante las primeras seis horas de este jueves, luego de las arremetidas israelíes contra todo el enclave.
Los ataques se han recrudecido contra la ciudad de Gaza, al norte, desde el inicio de la segunda fase de la operación “Carros de Gedeón”, en agosto anterior. En esta zona, 20 civiles han sido asesinados hoy mismo. De momento, objetivo israelí es reocupar gradualmente el enclave, por ello ha iniciado por la principal ciudad, Gaza. Tel Aviv ha ordenado la expulsión de no menos de 800.000 personas hacia el sur.

Los niños se llevan la peor parte del accionar de Israel.
Desde inicios de esta semana, las fuerzas armadas sionistas han lanzado incursiones terrestres en los escasos barrios que todavía mantienen infraestructuras en pie. Los campos de refugiados, localizados de camino al sur y que suponían ser “zonas seguras”, tampoco se han salvado.
De los casi 65.000 palestinos masacrados, más de 20.000 eran menores de edad, aproximadamente el 2% de la población infantil de Gaza. Cerca de 1.000 tenían menos de un año de edad, según Save The Children. Casi la mitad (450) de estos bebés nacieron y murieron durante el recrudecimiento del genocidio, desde el 7 de octubre de 2023.

Hasta la fecha, al menos 132.000 niños menores de cinco años corren riesgo de morir por desnutrición aguda y, de acuerdo a cifras conocidas, en las 404 muertes por hambre figuran 141 niños, 20 de ellos desde que la ONU declaró la hambruna el 22 de agosto, sin embargo, después de la declaración nada ha mejorado, todo lo contrario.
