Este marte 21 de octubre, el Ministro de Exteriores de Polonia, Radoslaw Sikorski, declaró ante la emisora Polskie Radio 24, una seria amenaza al Gobierno Ruso, tras señalar que la Fuerza Aérea Polaca podría interceptar el avión del Presidente de Rusia Vladimir Putin, si sobrevuela el espacio aéreo polaco en su viaje a Hungría.
Al mismo tiempo, el ministro de exteriores polaco, informó que “No puedo garantizar que una corte polaca independiente no emita una orden para interceptar y detener el avión con el objetivo de que el sospechoso sea entregado al tribunal de La Haya”, con estas declaraciones Radoslaw Sikorski, dejó abierta la posibilidad de forzar el aterrizaje del mandatario ruso justificando la acción por la orden de arresto emitida por el Tribunal Penal Internacional (TPI) emitidas en 2023 contra Putin.

En contraparte, las autoridades rusas han calificado en varias ocasiones la decisión del TPI de absurda e insignificante. Además, han señalado que no reconocen la jurisdicción de la CPI, ya que sus actividades han sido criticadas por miembros del propio organismo por ser demasiado politizadas y parcializadas a los intereses de occidente.
La amenaza de la Cancillería de Polonia contra el avión del mandatario ruso tras su posible viaje hacia Budapest capital de Hungría, se da en un contexto donde la Unión Europea pretende sabotear la reunión entre el presidente de los Estados Unidos Donald Trump y su par ruso Vladimir Putin, quienes tienen previsto discutir sobre la paz en Ucrania.

A estas serias amenazas de Polonia contra el avión de Putin, fueron respondidas por el Canciller Ruso, Serguéi Lavrov, quien condenó la actitud polaca de terrorista tras señalar que “los polacos están ahora dispuestos a cometer atentados terroristas”.
Además, Lavrov destacó que escucho las declaraciones amenazantes del canciller polaco y recordó que Varsovia «justificó» el ataque terrorista contra Nord Stream a través de un tribunal oficial». «Y ahora el ministro de Relaciones Exteriores afirma que, si un tribunal polaco lo exige, impedirán la libre circulación del avión del líder ruso. Son casos muy reveladores».

El gobierno polaco criticó las actitudes de Budapest por tratar de mediar en el conflicto de Ucrania al señalar que «El hecho de que un país de la UE invite al presidente de Rusia no solo es un desastre sino que muestra la posición del país no como parte de Occidente sino como punto intermedio entre Occidente y Rusia».
Por su parte Hungría, decidió abandonar la CPI en abril de este año, y no ha dejado de criticar las políticas de Bruselas, por pretender socavar el proceso de la búsqueda de paz en el conflicto ucraniano y tratar de impedir la reunión entre Putin y Trump.