Cuando Ivana Trump falleció en 2022, la decisión de su exmarido Donald Trump de enterrarla en un campo de golf privado sorprendió a muchos. No fue en un cementerio familiar ni en una iglesia, sino en el Trump National Golf Club Bedminster, en Nueva Jersey.
Una lápida blanca, sobria y solitaria en una colina junto al hoyo 1 marcó el lugar de descanso de la primera esposa del presidente.
Detrás de esa decisión aparentemente extraña, se esconde un trasfondo que va más allá de lo sentimental: un cálculo fiscal que encaja con la larga trayectoria de Trump para aprovechar cada resquicio de la ley tributaria.
Ivana Trump: la primera dama del imperio
Nacida en Checoslovaquia en 1949, Ivana Zelníčková fue una atleta de esquí antes de emigrar a Canadá y luego a Estados Unidos, donde se convirtió en modelo y empresaria.
En 1977 se casó con Donald Trump, con quien tuvo tres hijos: Donald Jr., Ivanka y Eric. Acompañó a Trump en los años de expansión más agresiva de la Trump Organization en los ochenta.
Supervisó proyectos emblemáticos como el Plaza Hotel de Nueva York y el casino Trump’s Castle en Atlantic City.
Su vida terminó el 14 de julio de 2022, a los 73 años, tras un traumatismo contundente en el torso provocado por una caída en las escaleras de su casa en Manhattan, según confirmó el forense de Nueva York.
El entierro más comentado
El funeral se celebró en Nueva York, pero el entierro se hizo en Nueva Jersey, en el exclusivo club de golf de Bedminster. La decisión no fue casual. Desde hacía años, Trump había explorado la posibilidad de convertir parte del campo en cementerio.
En 2014, The Washington Post reveló que la Trump Organization había presentado planes municipales para construir un mausoleo familiar y hasta un cementerio comercial con hasta 1.000 parcelas a la venta. “El cementerio de Trump podría albergar tanto a él como a miles de clientes”, señalaba el reporte.
En 2016, apareció en registros fiscales una entidad llamada Trump Family Trust, inscrita como organización 501(c)(13), la categoría reservada a “cemetery companies” bajo la ley federal. El documento está disponible en la base de datos de ProPublica Nonprofit Explorer.
Lo que dice la ley de Nueva Jersey
La legislación estatal ofrece un incentivo difícil de ignorar. El Departamento del Tesoro de Nueva Jersey explica en su guía fiscal ANJ-22 que las propiedades dedicadas a cementerios disfrutan de exención total de impuestos sobre la propiedad, además de exenciones en el impuesto sobre ventas y, en el caso de cementerios sin fines de lucro, del impuesto sobre la renta.
“Las tierras y edificios dedicados a fines cementeriales están exentos de impuestos”, señala el documento.
En teoría, entonces, convertir parte de un campo de golf en cementerio equivale a blindar esa parcela contra impuestos.
¿Un ahorro millonario?
Las versiones virales que circulaban tras la muerte de Ivana aseguraban que Trump había convertido todo Bedminster en un cementerio y que por ello se ahorraría “millones” en impuestos.
Bloomberg Tax advirtió: “Un entierro aislado no convierte a un club de golf en cemetery company”. Bedminster es operado por la LLC Lamington Farm Club, una sociedad con fines de lucro que no cumple automáticamente los requisitos para ser reconocida como entidad cementerial exenta.
Aun así, la jugada no es trivial. Si Trump logra certificar formalmente una parte de la finca como cementerio, esa sección quedaría protegida de los impuestos prediales. Dado que el club está valorado en decenas de millones de dólares, la exención de incluso una fracción significativa del terreno podría traducirse en cientos de miles de dólares ahorrados cada año.
Un patrón repetido
No sería la primera vez que Trump utiliza exenciones poco convencionales para reducir su factura fiscal. En 2019, The Wall Street Journal reveló que había registrado parte del mismo campo de golf como tierra agrícola, gracias a un cultivo de heno y unas cabras, lo que redujo su impuesto predial anual de más de 80.000 dólares a apenas 700.
El entierro de Ivana encaja en ese patrón: usar la ley de maneras que, si bien pueden ser legales, resultan moralmente cuestionables para el ciudadano común.
Frialdad o estrategia
Para algunos, el entierro de Ivana en Bedminster es un gesto frío, un movimiento en el que la memoria de una exesposa se convierte en instrumento fiscal. Para otros, es una demostración de astucia: un uso extremo de la ley para proteger la riqueza familiar.
Lo cierto es que Ivana Trump, incluso en la muerte, se convirtió en pieza de la estrategia fiscal de su exmarido. Su tumba discreta en el hoyo 1 de Bedminster no sólo marca el fin de una vida, sino también un recordatorio incómodo: en el juego de los impuestos, los más poderosos aprovechan cualquier motivo para sacarle provecho a cualquier cosa, incluso a sus exesposas.
