Portugal anunció este domingo 21 de septiembre de 2025 el reconocimiento oficial del Estado de Palestina, convirtiéndose en el cuarto país occidental en hacerlo en la misma jornada, después del Reino Unido, Canadá y Australia.
El ministro de Asuntos Exteriores luso, Paulo Rangel, realizó la declaración desde la misión permanente de Portugal ante la ONU en Nueva York.
En su intervención Rangel defendió claramente la vía diplomática: “Portugal defiende la solución de dos Estados como la única vía para una paz justa y duradera”, subrayando que esa posición cuenta con el apoyo unánime de los partidos políticos en Lisboa.

El ministro añadió que la decisión se enmarca en una política exterior tradicional del país y apeló a una reanudación inmediata de la ayuda humanitaria y de un alto el fuego que permita aliviar la crisis en Gaza.
Rangel también se refirió a las relaciones con Israel al afirmar que Portugal reconoce “el derecho del Estado de Israel a existir y a sus necesidades de seguridad efectiva, así como la amistad especial de los pueblos portugués e israelí”. Con estas palabras, Lisboa intentó matizar el reconocimiento con garantías sobre la seguridad israelí y la voluntad de mantener relaciones bilaterales.
Portugal se une a Canadá, Reino Unido y Australia en la medida

La ola diplomática que alumbró estos reconocimientos fue coordinada en buena medida por países europeos y de la Commonwealth y llega en plena presión internacional por la genocidio en Gaza y por el deterioro, según muchos gobiernos, de las condiciones que permitirían una solución negociada.
La iniciativa pretende respaldar una institución palestina reformada capaz de gobernar tras un eventual cese de hostilidades, según declaraciones oficiales recogidas por medios internacionales.
La reacción en Israel fue inmediata y airada. Fuentes del Ejecutivo israelí y figuras del ala más dura del gobierno calificaron las decisiones como un “premio” a la violencia. Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional, llegó a afirmar que el reconocimiento “requiere contramedidas inmediatas: la aplicación inmediata de la soberanía en Judea y Samaria y el aplastamiento completo de la autoridad terrorista ‘palestina’”, una retórica que anticipa posibles pasos unilaterales desde Jerusalén.
El primer ministro Benjamin Netanyahu y su gabinete también rechazaron la medida y amenazaron con respuestas políticas y diplomáticas.

Desde Ramala, la Presidencia palestina acogió con satisfacción las declaraciones y consideró el reconocimiento como un acto “valiente y conforme al derecho internacional” que puede servir de palanca para relanzar negociaciones multilaterales.
Observadores internacionales advierten, sin embargo, que el gesto diplomático tendrá efectos reales solo si se acompaña de un plan concreto para la seguridad, la gobernanza palestina y la liberación de los rehenes que siguen en manos de grupos armados.