La psicóloga peruana Irina Arbonova enfatiza que la mente no puede sostenerse si no se cuentan con espacios de recuperación fuera del entorno terapéutico. En un contexto global marcado por el desgaste emocional y la sobrecarga mental, Arbonova presenta cinco prácticas diarias simples pero profundas que ayudan a evitar el agotamiento emocional y a fortalecer la salud mental desde una perspectiva integral.
La especialista asegura que estos ejercicios no dependen del ánimo ni del clima, sino que se enfocan en acciones concretas que conectan a las personas con la realidad tangible y con su propio cuerpo. Entre las recomendaciones destaca la necesidad de dar espacio al cerebro para “no analizar, no procesar, no aprender”, a través de un “silencio sin propósito” diario de 10 a 15 minutos, donde simplemente se observa el entorno sin estímulos externos ni expectativas.
Otra práctica clave consiste en identificar y atender señales físicas como bostezos, tensiones o parpadeos, que muchas veces el cuerpo envía como alertas para pedir descanso y que suelen ser ignoradas. Asimismo, Arbonova sugiere crear un “ritual de cierre” al finalizar cada jornada que marque la separación entre el trabajo y el tiempo personal, como encender una vela o escribir una reflexión, para que la mente pueda desconectarse.
La psicóloga también recomienda comenzar el día estableciendo límites claros sobre lo que no se hará, para recuperar el control y la fuerza frente a la hiperexigencia cotidiana, además de tocar diariamente objetos naturales que activen los sentidos y refuercen la sensación de conexión con la vida.
Estas propuestas constituyen una guía práctica y accesible para personas de todos los contextos, especialmente en tiempos donde el agotamiento emocional se ha convertido en una pandemia silenciosa. Arbonova invita a entender la recuperación mental no como un lujo, sino como una necesidad política y social que garantiza el bienestar colectivo y la resistencia ante las adversidades.
