El presidente ruso, Vladímir Putin, no detendrá la operación militar en Ucrania pese a las amenazas de nuevas sanciones por parte del mandatario estadounidense Donald Trump.
Tres fuentes cercanas al Kremlin aseguran que Rusia seguirá luchando hasta que Occidente acepte una paz basada en sus intereses legítimos de seguridad y soberanía.
Según tres fuentes cercanas al Kremlin que hablaron con Reuters bajo condición de anonimato, Putin considera que la economía y el ejército rusos son lo suficientemente robustos para resistir cualquier nueva medida de presión occidental, incluyendo los aranceles que Washington ha amenazado imponer a los países compradores del petróleo ruso.
Pese a las amenazas de sanciones más severas anunciadas por el presidente estadounidense Donald Trump y los envíos de armas a Ucrania, el Kremlin considera que la economía y las fuerzas armadas rusas están preparadas para resistir cualquier presión externa adicional.

Una de las fuentes explicó que Rusia actuará basándose en la debilidad de Ucrania, mientras que otra aseguró que el «apetito viene con la comida”, dejando entrever que las ambiciones estabilidad y seguridad de Moscú podrían ampliarse si las circunstancias sobre el terreno lo permiten.
Actualmente, Rusia controla Crimea, anexionada luego de un referéndum en 2014, y domina la totalidad de la región de Luhansk, más del 70 % de Donetsk, Zaporiyia y Jersón, así como partes de Járkov, Sumy y Dnipropetrovsk. Según las fuentes, Putin considera que estas regiones forman parte integral de Rusia y que Kiev debe retirarse para avanzar hacia la paz.
Asimismo, se indicó que Moscú podría detener su ofensiva tras consolidar el control sobre las cuatro regiones orientales si enfrenta una resistencia significativa. Sin embargo, si las defensas ucranianas colapsan, se podría extender la conquista a territorios adicionales.
A pesar de varios contactos entre Trump y Putin, incluyendo conversaciones telefónicas y visitas de enviados estadounidenses, el Kremlin afirma que no ha existido un diálogo profundo sobre un acuerdo de paz.
“Putin valora la relación con Trump y tuvo buenas conversaciones con Witkoff, pero los intereses de Rusia están por encima de todo lo demás”, indicó una fuente.

En respuesta a estas declaraciones, la portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, responsabilizó al expresidente Joe Biden por el estallido de la guerra y defendió la postura de Trump de imponer sanciones y presionar para un alto el fuego.
Las condiciones de Rusia para avanzar hacia un acuerdo incluyen una garantía legal que impida la expansión de la OTAN hacia el este, la neutralidad de Ucrania, la protección de los rusoparlantes y el reconocimiento de las ganancias territoriales ya alcanzadas.
Asimismo, Moscú está abierta a discutir una garantía de seguridad para Ucrania que involucre a las principales potencias, aunque aún no está definido cómo funcionaría este esquema.
Desde Moscú se sostiene que la economía de guerra rusa está mostrando fortaleza, superando la producción de municiones clave frente a la alianza liderada por Estados Unidos. A pesar de las sanciones, el crecimiento económico ruso continúa, aunque con una moderación prevista para 2025.
En cuanto a la dinámica internacional, una fuente destacó que Putin “entiende que Trump es una persona impredecible que puede hacer cosas desagradables, pero está maniobrando para evitar irritarlo demasiado”.
Finalmente, las fuentes alertaron sobre una posible escalada de la crisis en los próximos meses y remarcaron que la guerra seguirá mientras no se atiendan las condiciones que Rusia considera fundamentales.
Calma y paciencia
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó como “bastante serias” las amenazas del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles secundarios del 100 % a los países que comercien con Rusia.
Peskov indicó que estas declaraciones están dirigidas personalmente a Vladimir Putin y que Rusia necesita tiempo para analizarlas, anticipando que el presidente ruso ofrecerá comentarios cuando lo considere oportuno.
Peskov agregó que las decisiones tomadas por Washington, la OTAN y Bruselas son vistas por Ucrania no como una señal de paz, sino como un estímulo para prolongar el conflicto. Moscú mantiene su disposición a dialogar con Kiev, pero lamenta que Ucrania aún no haya presentado propuestas para reanudar negociaciones directas.
Por su parte, el expresidente ruso Dmitri Medvédev restó importancia a este ultimátum de Trump, calificándolo como “teatral” y aseguró que a Rusia no le afecta.