Los habitantes del planeta volvemos a ponernos a prueba. 57 líderes mundiales confirmaron su asistencia
Llegamos a la COP30. En Brasil se realiza la Conferencia de la ONU sobre cambio climático, terminará el 21 de noviembre de 2025. Las 170 delegaciones de los 143 países que van a participar quieren encontrar allí la ruta para detener el aumento de la temperatura del planeta y mejorar los métodos para adaptarnos a las consecuencias que ha tenido en nuestra vida estos nuevos climas que experimentamos.
Y mientras vemos con más frecuencia las consecuencias que ocasionan los eventos climáticos extremos, como lo que acaba de hacer el huracán Melissa en Haití, Jamaica y Cuba, la primera potencia del mundo, que por ahora sigue siendo EEUU, no está interesada en participar.
Ese huracán atacó con fuerza esos países, dejó decenas de muertos y causó una destrucción generalizada. Es fácil ver imágenes de casas sin techo, postes de servicios eléctricos y telefonía derribados y casas y calles anegadas.
Y mientras estos eventos son cada vez más frentes escuchamos al presidente Donald Trump decir que lo del cambio climático es “un engaño” y que las políticas climáticas son una amenaza para la industria energética y el empleo de EEUU.
Y eso nos aumenta los retos como seres humanos. Una sola persona no puede ser quien defina si se pueden tomar o no decisiones fundamentales que definen en que condiciones vamos a seguir viviendo en este planeta.
Trump desmanteló más de 100 regulaciones ambientales y retiró a EEUU del Acuerdo de París.
La crisis climática en la COP30
En esa Cop30 se van a encontrar líderes mundiales, científicos, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil.
Esa diversidad debería ser la oportunidad para avanzar más rápido en los temas para mejorar nuestra vida en el planeta, pero en las conferencias anteriores las comunidades organizadas, indígenas, el pueblo, que siempre son los más afectados por los desastres climáticos, no han tenido los espacios de participación con capacidad de decisión. Eso hace que las decisiones que se toman no benefician a todos y por eso no todos salen satisfechos de esas conferencias.
Pero los pueblos siempre logran las formas de resistir y de hacerse escuchar.
La Amazonía es la sede
Belén es la capital del estado amazónico de Pará, en Brasil, y fue seleccionada como sede porque el Gobierno quiere de destacar el papel de la Amazonía como pulmón del planeta.
Allí llegaron delegaciones de pueblos indígenas que buscan ser parte de las decisiones que se van a tomar.
Las comunidades locales preparan artesanías y hasta perfumes alusivos a la COP30.
Se han colocado imágenes de guacamayos y jaguares en murales para recibir visitantes.
Y también está la imagen de un carismático niño de cabellos de fuego, le llaman Curupira, y es el guardián del bosque. Un ecoguerrero mítico, símbolo de la resistencia de la selva frente a la explotación humana.
La Gastronomía local para los visitantes
Habrá visitantes de casi todo el mundo y por eso la región Norte de Brasil se prepara para mostrar uno de sus grandes atractivos, su gastronomía.
Son sabores únicos y condimentos singulares. El clásico pescado frito con açaí es un plato obligatorio para quienes desean conocer los sabores de Pará, según resalta el sitio web oficial de la conferencia
Después del plato principal, basta con una breve caminata por la orilla del río Guamá para llegar a la Estação das Docas y asegurar el postre. Allí se encuentra una de las mejores heladerías del mundo, reconocida en rankings internacionales, que atrae turistas de todas partes con sus sabores típicos de la Amazonia. Para celebrar la COP30, el equipo creó un sabor especial inspirado en la idea de “unir lo que viene de fuera con lo regional”, explicó uno de los funcionarios. La receta combina el cupuaçu y la castaña de Pará, ingredientes amazónicos, con pistacho, fruto originario de Medio Oriente.
Todas las naciones del mundo tienen el compromiso de presentar planes nuevos y mejorados para combatir la crisis climática. Hay algunos logros pero siguen siendo insuficientes La ONU cree que para la próxima década seguirá aumentando la temperatura

