La reciente confirmación por parte de Donald Trump de que autorizó a la CIA a realizar «operaciones encubiertas» en Venezuela marca un punto de inflexión con implicaciones políticas, estratégicas y legales profundas. Pero, ¿Qué significa realmente esta autorización? ¿Es simplemente una “pantalla” política o una señal de intervención más agresiva?
¿En qué podría consistir la autorización?

Trump explicó que dio su visto bueno “por dos razones”: primero, porque acusa al gobierno venezolano de: “han vaciado sus prisiones en los Estados Unidos de América”; y segundo, por el narcotráfico: “tenemos muchas drogas que vienen de Venezuela … muchas de las drogas venezolanas llegan por mar”.
Asimismo, el presidente señaló que su administración está considerando realizar “operaciones por tierra”, lo que plantea la posibilidad de ataques terrestres en Venezuela.
El reconocimiento público de estas acciones es inusual. Expertos citados por Newsweek aseguran que puede responder más a una estrategia de comunicación que a una operativa concreta: “es sobre espectáculo, es sobre performance” más que un plan inmediato para apoderarse del petróleo venezolano, según Christopher Sabatini, del think tank Chatham House.
Para algunos analistas, la orden puede tener un fuerte componente simbólico: enviar un mensaje al gobierno de Nicolás Maduro, al público estadounidense y a la comunidad internacional sobre la supuesta firmeza de la política de EE.UU. hacia Venezuela.
No obstante, no se descarta que esta autorización sea el primer paso para una escalada real: podría permitir acciones letales unilaterales, operaciones encubiertas en tierra, o incluso coordinarse con acciones militares más amplias a futuro de la misma manera que la declaratoria de el ex presidente Obama a Venezuela como una «amenaza inusual y extraordinaria» permitió toda la guerra económica y sanciones posteriores.
¿Es la primera vez que la CIA actúa en Venezuela?

No es la primera vez que la agencia interviene en América Latina, pero su papel ha variado según las épocas y los objetivos. Históricamente, la CIA ha sido parte de golpes de Estado y campañas encubiertas en la región, como el derrocamiento de Jacobo Árbenz en Guatemala (Operación PBSUCCESS). o su implicación en el golpe contra Salvador Allende en Chile (Proyecto FUBELT).
También ha estado vinculada a operaciones paramilitares, sabotajes y campañas de desestabilización política, como en Cuba (“Operación Mongoose”).
Trump se negó el miércoles a responder si su administración esperaba derrocar a Maduro. The Times informó que funcionarios estadounidenses han declarado claramente en privado que el cambio de régimen es el objetivo.
Pero aún no está claro cuánto apetito tendría la administración, con su agenda «America First» (Estados Unidos Primero), para involucrarse militarmente en el extranjero, aunque los funcionarios de Trump han enmarcado firmemente las operaciones cercanas a Venezuela como una protección de los ciudadanos estadounidenses. La CIA tiene una larga historia de operaciones en América Latina.
EE. UU. se empantanó luchando contra guerrilleros talibanes en Afganistán después del 11 de septiembre, lo que finalmente terminó en una retirada occidental que consolidó el poder de los talibanes en Kabul.

En 1989, el entonces presidente George H.W. Bush autorizó a las tropas estadounidenses a invadir Panamá en una operación enmarcada como una misión para llevar al líder de Panamá, Manuel Noriega, «ante la justicia». El presidente panameño fue acusado en EE. UU. por narcotráfico y de manipular elecciones.
«El pueblo estadounidense merece saber si la administración está llevando a EE. UU. a otro conflicto, poniendo en riesgo a los miembros del servicio militar o persiguiendo una operación de cambio de régimen», dijo la senadora demócrata Jeanne Shaheen en un comunicado.
«La autorización de la administración Trump de acciones encubiertas de la CIA, la realización de ataques letales contra barcos y la insinuación de operaciones terrestres en Venezuela desliza a Estados Unidos más cerca de un conflicto total sin transparencia, supervisión o aparentes salvaguardas».

Los ataques estadounidenses contra presuntas embarcaciones de narcotráfico desde principios de septiembre han matado al menos a 27 personas, según la administración. Trump dijo que un ataque el martes a un barco cerca de Venezuela había matado a seis personas a bordo. Expertos en derechos humanos nombrados por la ONU han descrito las incursiones como «ejecuciones extrajudiciales», con algunos observadores reaccionando con horror ante lo que consideran una probable violación del derecho internacional.
El gobierno de Venezuela dijo que rechazaba las «declaraciones belicosas y extravagantes» de Trump y afirmó que la decisión violaría el derecho internacional. Caracas dijo sentir una «alarma extrema» por la autorización de las operaciones de la CIA en el país, además de la presencia militar estadounidense en el sur del Caribe.
«Está claro que tales maniobras buscan legitimar una operación de ‘cambio de régimen’ con el objetivo final de apoderarse de los recursos petroleros venezolanos», dijo el gobierno. Venezuela dijo que su embajador ante las Naciones Unidas presentaría una protesta ante el Consejo de Seguridad de la ONU y el Secretario General de la organización, António Guterres.

