Un análisis exhaustivo que abarca más de 90.000 participantes en 71 investigaciones ha demostrado cómo la popularización de videos cortos en redes sociales afecta la capacidad cognitiva y la salud mental de sus usuarios. Publicado en la revista Psychological Bulletin, este estudio revela que el consumo frecuente de este tipo de contenidos reduce la atención y el control inhibitorio, reflejando un desgaste que dificulta la concentración en otras actividades, señaló RT.
Los expertos explican que el cerebro se acostumbra a la recompensa rápida y constante de la «dopamina fácil» que generan estos videos, lo que hace que enfrentar tareas más complejas demande un mayor esfuerzo. Además, el ritmo acelerado de las imágenes provoca un incremento significativo en los niveles de ansiedad y estrés, al sobrecargar un sistema nervioso que no logra procesar plenamente las emociones desencadenadas.
Este hallazgo subraya la urgencia de repensar el lugar que ocupan las redes sociales en la vida cotidiana, especialmente considerando su influencia en el comportamiento y la salud global de la población. Los autores del estudio también llaman a profundizar en futuras investigaciones sobre efectos cognitivos adicionales, como la memoria y el razonamiento, para comprender mejor las consecuencias a largo plazo de estas nuevas formas de consumo digital.

