El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) ha revelado un alarmante plan de sabotaje que, según sus fuentes, está siendo coordinado por el Reino Unido y la OTAN contra la flota rusa que transporta petróleo, conocida internacionalmente como la flota fantasma.
La denuncia expone una estrategia occidental para justificar acciones hostiles contra el comercio energético ruso, bajo la apariencia de preocupaciones medioambientales.
Según el informe del SVR, Londres prepara una provocación de alto impacto para generar un casus belli que legitime intervenciones agresivas.
“El impulso para dicha campaña, según el plan de Londres, debería ser un incidente de gran repercusión que involucre a uno o más petroleros. El plan contempla un acto de sabotaje de gran envergadura, cuyos daños permitirían que el transporte de petróleo ruso sea declarado una amenaza para todo el transporte marítimo internacional”, advierte el comunicado oficial.
Dos escenarios diseñados para el caos marítimo

Los servicios rusos señalan que se están evaluando dos rutas distintas para provocar la escalada:
- Simulación de un accidente ambiental
Se trataría de provocar un siniestro con un petrolero “no deseado” en un estrecho marítimo crucial.
“Un derrame de productos petrolíferos y el bloqueo de un canal navegable, según cree Londres, proporcionarían a los países de la OTAN motivos suficientes para sentar un precedente de ‘inspección de emergencia’ de un buque, supuestamente para verificar su cumplimiento de las normas de seguridad marítima y medioambientales”, denunció el SVR.
Incendio premeditado en puerto aliado
El segundo escenario implicaría incendiar un petrolero durante operaciones de carga en un país amigo de Moscú, con la esperanza de expandir el fuego a otras embarcaciones y estructuras portuarias. Esto desataría una ola de indignación y requeriría una investigación internacional que permita a Occidente justificar medidas restrictivas.
Terrorismo encubierto vía Ucrania

Lo más grave, según las fuentes rusas, es que Londres tiene la intención de encargar la ejecución directa de estos atentados a las fuerzas de seguridad de Ucrania, utilizadas como proxy en esta guerra híbrida contra Moscú.
“Londres pretende confiar a las fuerzas de seguridad ucranianas la ejecución de estos atentados terroristas antirrusos a petroleros”, sostiene el SVR.
La inteligencia rusa considera esta operación como parte de un patrón de agresión occidental que busca socavar la economía rusa y reforzar el control anglosajón sobre las rutas energéticas globales. En palabras de expertos rusos, se trata de una “provocación de manual” para arrastrar a la comunidad internacional a sancionar nuevamente a Rusia con el pretexto de “seguridad global”.
Ni el Reino Unido ni los organismos de la OTAN han emitido declaraciones oficiales desmintiendo las acusaciones hasta el momento.
Rusia llama a los organismos multilaterales a observar con atención esta nueva fase de la guerra híbrida desatada por Occidente y recuerda que los intentos de criminalizar su comercio energético constituyen una agresión económica ilegal y una amenaza directa a la paz marítima mundial.
Viejo guión de la OTAN

La estrategia de provocar o atribuir incidentes para justificar acciones políticas o militares —a veces llamada “false flag” o “bandera falsa”— es una táctica que ha sido empleada, en distintos momentos y contextos, por diferentes actores, incluyendo estados miembros de la OTAN y otras potencias.
1. Guerra del Golfo (1990-1991) — Caso de Kuwait y el “Incidente de la ambulancia”
- Se denunció que Irak utilizó tácticas de desinformación para justificar la invasión de Kuwait, y por su parte, algunas acusaciones apuntaron a la manipulación mediática occidental para legitimar la intervención. Aunque no es un “false flag” occidental, el caso marca un uso intensivo de propaganda para justificar la guerra.
2. Operación Gladio (durante la Guerra Fría)
- Revelada en los años 90, fue una operación secreta de la OTAN en Europa Occidental para combatir una posible expansión soviética, que incluyó actos de sabotaje y atentados terroristas atribuidos a la izquierda radical pero en realidad orquestados por servicios secretos occidentales.
- Aunque nunca oficialmente confirmado, se considera un ejemplo de tácticas encubiertas y provocaciones para moldear la opinión pública y justificar políticas anticomunistas.
3. Guerra de Irak (2003)
- El argumento principal para la invasión fue la supuesta posesión de armas de destrucción masiva por parte de Saddam Hussein, que luego no se encontraron.
- Se acusa al gobierno de EE.UU. y aliados de exagerar o manipular información para justificar la intervención militar.
4. Ataques con armas químicas en Siria
- En múltiples ocasiones, el gobierno sirio ha acusado a grupos respaldados por Occidente y a la OTAN de falsear o provocar ataques químicos para justificar bombardeos y sanciones.
- La comunidad internacional ha tenido opiniones divididas, y en algunos casos, investigaciones independientes han encontrado uso real de armas químicas, aunque la controversia sigue abierta en varios incidentes.
5. Incidentes en el mar de Azov y el Báltico (2020-2025)
- Rusia ha denunciado repetidamente que Occidente y Ucrania han orquestado provocaciones en estas zonas para justificar sanciones o presencia militar.
- Aunque hay confirmación de tensiones y confrontaciones.