El representante de Guyana ante la Corte Internacional de Justicia en el caso de la disputa por la Guayana Esequiba, Carl Greenidge, acusa a Venezuela de tramar un falso positivo contra la República Cooperativa en el contexto del despliegue militar naval de Estados Unidos en el Caribe.
Greenidge afirmó que le “sorprendería mucho que Venezuela pudiera sentir que tiene alguna justificación para atacar” a Guyana, insinuando que Venezuela lo haría en respuesta ante el despliegue naval militar de Estados Unidos en aguas cercanas a la República Bolivariana, es decir, de ejercer violencia vicaria en la región.
“Es ridículo hablar de Guyana, por ejemplo, provocando a Venezuela simplemente por invitar a funcionarios estadounidenses a visitar el país o por aceptar que aviones sobrevuelen Georgetown o cualquier otro lugar de Guyana” afirmó Greenidge.
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Desde finales de agosto, Estados Unidos realiza un despliegue militar naval en aguas territoriales bajo el pretexto de combatir el narcotráfico. En esta operación, se emplea el grupo anfibio liderado por el USS Iwo Jima que se desplegó en la región en agosto de 2025, junto con otros buques de guerra como el USS San Antonio, el USS Fort Lauderdale, el USS Lake Erie, el USS Jason Dunham y el USS Gravely. También se ha asignado al menos un submarino de ataque de propulsión nuclear a la misión.
Los despliegues navales cuentan con el apoyo de aviones de reconocimiento P-8 Poseidon, que realizan misiones de recopilación de información sobre aguas internacionales. También se han desplegado en Puerto Rico aviones F-35 y aviones cisterna KC-46 y más de 4000 marines.
Guyana ¿Víctima o victimario?
“Un mensaje muy claro a los gobiernos vasallos del Departamento de Guerra de los Estados Unidos, el gobierno de Trinidad y Tobago, el gobierno de Guyana, tómenlo con calma, no se atrevan y no se les ocurra, se están prestando para los planes perversos de una agresión contra el pueblo de Bolívar, pero también, Presidente, se están prestando para desestabilizar a todo el Caribe y a este continente” afirmó la vicepresidenta de Venezuela Delcy Rodríguez ante la postura de Trinidad y Tobago y Guyana, totalmente alineados con Estados Unidos en un contexto de alta tensión regional.
“En esencia, se está sugiriendo que Guyana deberá asegurarse de que Caracas esté de acuerdo con cualquier invitado antes de que Guyana pueda invitarlo… Esto es absurdo. Ningún otro estado independiente está sujeto a tales restricciones, y ninguna parte de Guyana ha sido gobernada jamás por Venezuela. Por lo tanto, sugerir que Guyana no tiene derecho a permitir que los aviones sobrevuelen su territorio no puede ser una sugerencia seria”, dijo Greenidge.
En este contexto, Guyana acusó a Venezuela de un supuesto ataque en el margen del Río Cuyuní horas antes de los comicios presidenciales del 1ro de septiembre. Por demás, durante la toma de posesión del presidente Irfaan Ali, el 7 de septiembre, dos aviones Harrier del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos sobrevolaron Georgetown, capital guyanesa. También El presidente de Guyana, Irfaan Ali recibió en la Casa de Gobierno al subsecretario adjunto de Guerra (antes Defensa) de los Estados Unidos, Joseph M. Humire, en la Casa de Gobierno. Esta demostración de fuerza, en el contexto de amenaza a Venezuela, no es casual ni arbitraria.
“Venezuela, que conoce la capacidad militar de Estados Unidos, no sería tan descarada como para intentar tomar represalias directamente contra Estados Unidos” afirmó Greenidge. Estos argumentos reiteran la narrativa de victimización de Guyana en función de justificar la presencia de Estados Unidos en la nación.
Algo similar ocurrió en marzo de este año, cuando el Secretario de Estado de los Estados Unidos lanzó amenazas directas contra Venezuela desde suelo guyanés bajo excusas de una supuesta incursión naval. Estas acciones violan lo pactado en el Acuerdo de Argyle, en cuyo punto número 6 puede leerse: “Ambos estados se abstendrán, tanto en palabras como en hechos, de agravar cualquier conflicto o desacuerdo que surja de cualquier controversia entre ellos. Los dos Estados cooperarán para evitar incidentes sobre el terreno que puedan generar tensiones entre ellos”.
Greenidge es el representante de Guyana ante la Corte Internacional de Justicia, desde que la República Cooperativa condujera unilateralmente un caso contra Venezuela en torno a la disputa por la Guayana Esequiba, desconociendo el Acuerdo de Ginebra que establece las bases para la solución conjunta, pacífica y satisfactoria de la disputa. Por demás, Guyana continúa dando licencias de exploración y explotación a ExxonMobil, disponiendo ilegalmente de un recurso natural situado en aguas por delimitar.
