Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ha protagonizado un intenso cruce de declaraciones con Vox en el Congreso de los Diputados tras la propuesta, de este partido español de extrema derecha, donde planean llevar a cabo una expulsión masiva de migrantes y sus descendientes en España. La polémica surge a raíz de un plan anunciado por Vox que plantea la deportación de hasta ocho millones de personas migrantes, un discurso que ha sido calificado de xenófobo y alarmista por diversos sectores políticos y sociales.
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Ocho millones de personas de diferentes orígenes
La diputada de Vox Rocío de Meer defendió el lunes la necesidad de un “proceso de deportación masiva” para preservar lo que denomina la “identidad española”. Según sus palabras, desde los años 90 hasta la actualidad, España ha recibido a más de siete millones de inmigrantes, sin contar la segunda generación, lo que suma alrededor de ocho millones de personas de diferentes orígenes que, según Vox, no se han adaptado a las “costumbres españolas”. De Meer afirmó que esta situación ha provocado cambios en la sociedad y en la seguridad de barrios y plazas, justificando así la expulsión como una medida para “preservar” la tranquilidad y la identidad nacional.
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Rufián: ¿A los futbolistas también los expulsarán?
Frente a estas declaraciones, Gabriel Rufián respondió con ironía y contundencia en el pleno del Congreso. Cuestionó la coherencia del discurso de Vox, señalando que mientras el partido rechaza a los independentistas por no querer ser españoles, tampoco acepta a los migrantes porque sí quieren serlo. Rufián puso como ejemplo a jóvenes futbolistas nacidos en España, para subrayar la imposibilidad y absurdo de expulsar a personas nacidas o integradas en el país. “¿También Lamine Yamal o Nico Williams? No creo”, dijo Rufián, enfatizando que Vox “no quiere a nadie” realmente. Además, acusó a Vox de representar a “los empresarios que explotan a los migrantes” y de ser “vendepatrias” por preferir a millonarios extranjeros como Elon Musk o Donald Trump antes que a España, expresó Rufián.
Rechazo unánime hacia VOX
La propuesta de Vox ha generado un rechazo unánime en el resto de partidos políticos y en el Gobierno. La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, calificó el planteamiento de “vomitivo” y denunció que incluye la expulsión de personas que llevan años en España en situación regular, así como a sus hijos españoles. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, también criticó la escalada de tono xenófobo de Vox, calificándola de “irrespirable para cualquier demócrata”. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, lamentó que exista un partido que no reconozca la pluralidad y diversidad de la España actual, recordando que España ha sido históricamente un país emigrante y ahora es de acogida.
Por su parte, Santiago Abascal, líder de Vox, negó que su partido haya fijado un número concreto de personas a expulsar y aseguró que el objetivo es deportar a quienes hayan cometido delitos, pretendan imponer religiones “extrañas”, maltraten a mujeres o sean menores no acompañados. Sin embargo, sus declaraciones y las de sus diputados han sido interpretadas como un llamamiento a una expulsión masiva, lo que ha provocado alarma social y política.
El debate también ha tenido momentos de tensión en el Congreso. Durante la sesión, diputados de Vox y del Partido Popular han protagonizado enfrentamientos con Rufián, llegando incluso a pedir que se “laven la boca” antes de hablar, en referencia a sus críticas. Estas escenas reflejan la polarización que ha generado la cuestión migratoria en la política española en las últimas semanas.
Es negativo económicamente la expulsión masiva de migrantes
Desde el punto de vista económico, expertos advierten que una expulsión masiva de migrantes tendría un impacto negativo significativo en la economía española, dado que muchas de estas personas forman parte del mercado laboral y contribuyen al sistema de seguridad social. La expulsión de millones de personas podría generar un agujero económico difícil de cubrir, lo que contradice los intereses de algunos sectores empresariales que, paradójicamente, apoyan a Vox.
En resumen, la propuesta de Vox para la expulsión masiva de migrantes ha abierto un intenso debate político y social en España. Mientras Vox defiende esta medida como necesaria para preservar la identidad nacional y la seguridad, sus detractores la califican de xenófoba, irrealizable y dañina para la cohesión social y económica del país. El choque de posturas entre Rufián y VOX ha evidenciado la profunda división en el Congreso y en la sociedad española sobre cómo abordar la inmigración y la integración en un país cada vez más diverso.
