Rusia cuestionó duramente la resolución aprobada este lunes por el Consejo de Seguridad de la ONU que respalda el plan estadounidense para Gaza, asegurando que Washington pretende imponer un esquema opaco que podría agravar el conflicto.
El representante permanente ruso ante las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, afirmó que el documento es “otro gato por liebre” y advirtió que la iniciativa podría convertirse “en una tapadera para los experimentos sin control de Estados Unidos e Israel en los territorios palestinos ocupados”.
La resolución, presentada por la delegación estadounidense, fue aprobada con 13 votos a favor y ninguna objeción, mientras que Rusia y China se abstuvieron. El texto da “luz verde” al plan del presidente Donald Trump que prevé un gobierno transitorio, la retirada gradual del Ejército israelí y el despliegue de una fuerza internacional con capacidades de seguridad ampliadas.
En su intervención, Nebenzia sostuvo que Moscú no podía respaldar un proyecto que, a su juicio, carece de mecanismos sólidos de vigilancia y responsabilidad.
“Agradecemos los esfuerzos de Estados Unidos y otros mediadores. Pero, al mismo tiempo, cuando se trata de una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU como principal órgano rector de la paz y la seguridad internacionales, no debemos olvidar la responsabilidad que recae sobre él”, afirmó, subrayando que Rusia insistió en incluir instrumentos claros de rendición de cuentas.
El diplomático señaló además que la resolución no refuerza la arquitectura legal internacional existente. “Partimos del hecho de que la resolución debía reflejar la base jurídica internacional generalmente reconocida, confirmar decisiones y principios fundamentales, y ante todo la fórmula fundamental de dos Estados para dos pueblos”, expresó.
Nebenzia también advirtió que la presencia de una fuerza internacional con facultades de desarme podría distorsionar el concepto mismo de mantenimiento de la paz. Según explicó, las tareas asignadas tienen “elementos coercitivos” que podrían convertir a dicha fuerza “en una parte del conflicto” y no en un mecanismo neutral, lo que podría escalar aún más la situación en el terreno.
En una valoración contundente, el embajador resumió que el documento estadounidense es “otra vez, gato por liebre”. Acusó a Washington de buscar que el Consejo “bendiga” su iniciativa sin ofrecer garantías reales: “En esencia, el Consejo da su bendición a la iniciativa estadounidense basándose en la palabra de Washington”, denunció.
El diplomático ruso concluyó con una advertencia más amplia: “Lo principal es que este documento no se convierta en una tapadera para los experimentos sin control de Estados Unidos e Israel en los territorios palestinos ocupados y no se transforme en una sentencia para la solución de dos Estados”.
Pese a las críticas, la resolución fue adoptada y activa la segunda fase del plan de Trump, cuyo objetivo declarado es estabilizar Gaza mediante un gobierno tecnocrático transitorio, la entrada de ayuda humanitaria y la creación de una fuerza internacional de estabilización. Sin embargo, las preocupaciones expresadas por Rusia dejan claro que el consenso internacional está lejos de materializarse, y que el futuro del plan dependerá de su ejecución en uno de los escenarios más sensibles del mundo.
