En medio de la creciente tensión militar entre Irán e Israel, Rusia emerge como un actor clave al ofrecerse como mediador en la crisis y al consolidar su relación con Teherán mediante la firma de un ambicioso tratado de cooperación estratégica.
El gobierno ruso condenó los recientes ataques israelíes contra territorio iraní, calificándolos de “ilegales” y “una amenaza directa a la estabilidad regional”.

“La comunidad internacional debe abstenerse de acciones que agraven aún más la situación. Es vital preservar la paz en Oriente Medio”, declaró María Zajárova, portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia.
Moscú advirtió sobre las consecuencias “potencialmente catastróficas” de escalar el conflicto, especialmente si se ve comprometida la seguridad de instalaciones nucleares civiles.
Asimismo, el viceministro Serguéi Riabkov alertó: “una acción directa estadounidense desestabilizaría radicalmente toda la situación”.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que “Rusia sigue dispuesta a prestar sus servicios de mediación si es necesario”, aunque indicó que “Israel parece no querer esfuerzos de mediación”.
Rusia e Irán ratificaron el Tratado de Asociación Estratégica Integral, que había sido firmado el 17 de enero. Se trata de un acuerdo de 20 años que abarca cooperación en sectores como economía, transporte, energía, ciencia, seguridad y cultura por lo que se transforma en un buen socio que podría servir como mediador.
Un tratado sin cláusula de defensa mutua

El 17 de enero pasado, Rusia e Irán firmaron el Tratado de Asociación Estratégica Integral, ratificado en abril y mayo respectivamente, que contempla una cooperación amplia en sectores como energía, economía, ciencia, tecnología, seguridad y cultura.
No es una alianza militar ni implica asistencia mutua en caso de agresión: cláusula explícita que impide apoyo militar directo.
Cooperación amplia, incluyendo:
- Economía y energía
- Defensa y lucha antiterrorista (consultas militares, intercambio de inteligencia, ejercicios conjuntos)
- Tecnología, ciberseguridad, educación, cultura y medioambiente
Vigencia de 20 años y previsión de actualización cada 5 años.
Objetivos pragmáticos: mitigar sanciones occidentales, fortalecer comercio (ya aumentó ~15 %), y afianzar el Mar Caspio, infraestructura, pagos internacionales.
Los líderes de Rusia e Irán enfatizaron que el acuerdo:

- No está dirigido contra terceros.
- Tiene un carácter “constructivo” y “de cooperación”.
- Refuerza la interdependencia económica para superar sanciones.
Aunque el tratado incluye “cooperación militar‑técnica” y ejercicios conjuntos, “no contiene cláusula de defensa mutua”, estableciendo que “si uno es atacado, el otro no ayudará al agresor”. Esta fórmula busca fortalecer los lazos sin arrastrar a Rusia a un conflicto bélico directo.
El acuerdo busca también “superar sanciones y promover pagos en moneda nacional”, con un crecimiento comercial bilateral del 15% en el último año. Rusia, que mantiene vínculos funcionales con Israel especialmente en Siria, apuesta por su papel como potencia alternativa frente a la influencia occidental en la región.
En este contexto, Rusia mantiene “contactos discretos con ambas partes”, mientras ofrece su experiencia diplomática para buscar un camino de paz, consciente de los riesgos de una escalada mayor.