China enfrenta un brote de chikungunya en la provincia de Guangdong, que acumula ya más de 7.000 casos registrados, con la ciudad de Foshan como epicentro. Solo en la última semana se han confirmado casi 3.000 nuevos contagios, un avance que ha obligado a las autoridades locales a activar un plan de emergencia para contener la propagación del virus, señaló Euro News.
El chikungunya, enfermedad viral transmitida por mosquitos del género Aedes, se manifiesta con síntomas como fiebre alta, erupciones cutáneas y dolor articular, afectando especialmente a las comunidades más vulnerables.
Las autoridades chinas atribuyen la cadena de contagios a un caso importado a principios de julio, dando origen a una transmisión local de alcance significativo que ya ha afectado a al menos 13 ciudades en Guangdong. A su vez, Hong Kong reportó su primer contagio vinculado al brote, en un niño de 12 años que había visitado Foshan.
En respuesta, las autoridades han intensificado medidas centradas en la eliminación de criaderos de mosquitos. La campaña pública insta a la población a retirar agua estancada de macetas, recipientes y otros objetos, bajo amenaza de multas que alcanzan los 10.000 yuanes. Además, en Foshan se implementan soluciones ecológicas, como la liberación de peces devoradores de larvas y el uso de drones para detectar zonas de riesgo, acciones visibles en la lucha contra la vectorización.
Según el Centro Chino de Control y Prevención de Enfermedades,recomiendan instalar mosquiteras y aplicar repelente. El contexto global alerta también sobre el aumento de enfermedades transmitidas por mosquitos, debido a factores como el cambio climático.
No solo China sufre las consecuencias; en Europa, países como Francia e Italia también han reportado casos de chikungunya y otras enfermedades transmitidas por mosquitos, como el virus del Nilo Occidental, que ha cobrado la vida de varias personas en Italia este año.