La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió este viernes a las críticas del Gobierno de China por los nuevos aranceles que impondrá su país al sector automotriz. La mandataria insistió en que la decisión no está dirigida contra ninguna nación en particular y que se trata de una estrategia para proteger la economía nacional.
“No son medidas de coerción y no son contra China. Eso es muy importante, no son medidas contra un país”, afirmó Sheinbaum en conferencia de prensa, luego de que Beijín denunciara que la medida era discriminatoria y el resultado de presiones externas, en particular de EE.UU.

El decreto mexicano, anunciado esta semana, establece que los aranceles a la importación de vehículos procedentes de países sin acuerdos de libre comercio —como China y Corea del Sur— pasarán de 20 % a 50 %. Según Sheinbaum, la medida “no viola ninguna norma internacional” y busca fortalecer la producción nacional en un momento en que el país enfrenta presiones en su balanza comercial.
China reaccionó advirtiendo a Sheinbaum
China, por su parte, reaccionó con dureza. Un portavoz del Ministerio de Exteriores exhortó a México a pensar “dos veces antes de actuar” y advirtió que Pekín “tomará las medidas necesarias, con base en las circunstancias reales, para salvaguardar resueltamente sus derechos e intereses legítimos”. La postura china se enmarca en su denuncia de que esta política mexicana es unilateral, proteccionista y responde a la “coerción de terceros”.

Sheinbaum rechazó esa interpretación. “Tenemos muy buena relación con China y queremos seguir teniendo muy buena relación con ellos. Son decisiones que tomamos con aquellos países con los que no tenemos acuerdo de libre comercio”, subrayó. Añadió además que México mantiene canales de diálogo abiertos tanto con China como con Corea del Sur.
La mandataria enfatizó que la medida no busca restringir el comercio bilateral, ya que México exporta niveles mínimos hacia Asia. “La mayoría lo importamos y no es para todo lo que ellos producen. Sí es importante que sepa todo el pueblo de México, de China, de los países, que no tenemos nada contra ellos, al contrario”, sostuvo. Sheinbaum incluso elogió el modelo de desarrollo de Beijín, al afirmar que siente admiración y respeto por lo que China ha logrado en las últimas décadas.
El anuncio ocurre en un contexto marcado por la “cruzada tarifaria” impulsada por Donald Trump en Estados Unidos, cuyo gobierno ha presionado a México para alinearse con sus políticas arancelarias frente a China.

Analistas advierten que el país latinoamericano podría quedar atrapado en la disputa comercial entre Washington y Beijín, con efectos en la inversión y en las cadenas de suministro regionales.
Mientras tanto, el diferendo abre un nuevo capítulo en las tensiones entre dos socios comerciales de gran peso, y plantea dudas sobre el futuro de la relación México-China. El reto para la administración de Sheinbaum será mantener el equilibrio entre defender su industria automotriz y evitar una escalada diplomática con la segunda economía más grande del mundo.

