Un terremoto de gran magnitud sacudió la región sureste de Afganistán, el 1 de septiembre de 2025, dejando un saldo trágico de más de 800 personas fallecidas y miles de heridos, mientras la comunidad internacional observa con preocupación la emergencia humanitaria que ha dejado esta catástrofe natural. El sismo ocurrió en horas de la madrugada, afectando principalmente a las provincias montañosas y remotas donde la infraestructura vulnerable ha colapsado en gran medida.

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Magnitud del sismo en Afganistán
El movimiento telúrico tuvo una magnitud de 6.3 en la escala de Richter, localizándose su epicentro en la provincia de Paktika, cerca de la frontera con Pakistán. Esta zona está caracterizada por ser una región montañosa y con comunidades dispersas, lo que dificulta el acceso inmediato de equipos de rescate y la atención médica urgente a los damnificados. La sacudida fue sentida con fuerza en varias provincias vecinas y la capital Kabul.
Víctimas y daños materiales
Hasta el momento, las autoridades afganas han confirmado la muerte de al menos 823 personas, tendencia que podría incrementarse conforme se acceda a las zonas afectadas y se encuentre a más víctimas bajo los escombros. Entre los fallecidos se cuenta un gran número de mujeres y niños, debido a que el terremoto sorprendió a la población mientras dormía.
Las heridas superan las 2,100, muchas de ellas de gravedad, y se prevé que la cifra de heridos siga aumentando. Los reportes iniciales indican que miles de viviendas, especialmente edificaciones de adobe y materiales precarios, colapsaron completamente o sufrieron daños estructurales severos. La destrucción de escuelas, centros de salud y caminos complica aún más la situación de emergencia.

Respuesta y desafíos en los rescates
Las autoridades locales junto a organizaciones de ayuda humanitaria han desplegado equipos de búsqueda y rescate, aunque la orografía accidentada, junto con daños en las vías de comunicación, ralentiza las labores. Helicópteros y ambulancias tratan de acceder a las comunidades más vulnerables, y se están instalando refugios temporales para los desplazados mientras se intenta proveer agua potable, alimentos y atención médica.
El gobierno afgano ha solicitado ayuda internacional urgente para atender la magnitud de la crisis, pues los recursos locales resultan insuficientes para cubrir las necesidades básicas de los sobrevivientes. Naciones Unidas, países vecinos y organizaciones no gubernamentales están coordinando esfuerzos para enviar equipos de auxilio, insumos médicos y ayuda alimentaria.

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Contexto de vulnerabilidad
Este desastre ocurre en un contexto de fragilidad política y social en Afganistán, que enfrenta limitaciones en su aparato institucional tras años de asedio. Las condiciones precarias de infraestructura y la falta de sistemas sólidos de prevención y respuesta agravan las consecuencias del terremoto, generando grandes dificultades en las operaciones de socorro.
La gente afectada vive en condiciones precarias, con acceso limitado a servicios básicos, situación que se complica en esta emergencia. Las autoridades hacen un llamado a la solidaridad internacional para atender a la población y reconstruir las zonas afectadas.
El terremoto en Afganistán representa una tragedia humanitaria de proporciones alarmantes, con un impacto devastador sobre la población. Las labores de rescate y asistencia enfrentan numerosos retos por la difícil geografía y condiciones de vida de la región. Es fundamental el apoyo coordinado de la comunidad internacional para salvar vidas, proporcionar ayuda humanitaria urgente y contribuir a la recuperación de una zona severamente golpeada por la naturaleza y la adversidad.
