El presidente de Nepal, Ram Chandra Paudel, anunció este viernes la disolución de la Cámara de Representantes, el nombramiento y toma de posesión de la ex presidenta del Tribunal Supremo, Sushila Karki, como primera ministra interina.
La decisión, reportada por The Himalayan, llega en respuesta a las masivas protestas lideradas por jóvenes de la Generación Z, quienes exigían un cambio inmediato en la conducción política del país.
De acuerdo con el medio, la medida busca ajustarse a las demandas de los manifestantes, que pedían la conformación de una administración no partidista capaz de recuperar la confianza ciudadana y garantizar estabilidad en medio de la crisis.
Karki, una figura reconocida por su independencia judicial y su historial en la lucha contra la corrupción, se convierte así en la primera mujer en encabezar un Gobierno de transición en la historia reciente de Nepal.
Las protestas comenzaron luego del bloqueo de varias redes sociales, una medida que detonó la indignación de miles de jóvenes que consideran que las autoridades intentaban silenciar la crítica y limitar la libertad de expresión.
Lo que inició como una protesta digital escaló rápidamente a las calles de Katmandú y otras ciudades, generando disturbios, enfrentamientos con la policía y una presión creciente contra el Parlamento.
La Generación Z, cada vez más activa políticamente en Nepal, acusa a los partidos tradicionales de corrupción, clientelismo y falta de respuestas frente al desempleo y la crisis económica.
Para ellos, el Parlamento se había convertido en un obstáculo para la democracia y no en su garante. El nombramiento de Karki es visto como una victoria simbólica, pero también como una prueba de fuego para comprobar si el Gobierno interino puede abrir el camino a reformas profundas.
Sushila Karki, quien en 2016 se convirtió en la primera mujer en presidir la Corte Suprema de Nepal, es reconocida por su postura firme frente a la corrupción y los abusos de poder. Durante su gestión judicial, dictó fallos emblemáticos en defensa de los derechos ciudadanos, lo que le ha otorgado credibilidad entre los sectores movilizados.
Sin embargo, su desafío ahora será conducir un Ejecutivo que garantice elecciones transparentes y evite que la crisis política derive en un vacío de poder prolongado.
La comunidad internacional ha seguido con atención los acontecimientos en Nepal, dado que el país se encuentra en una región estratégica entre India y China.
Analistas señalan que la irrupción de la Generación Z como actor político decisivo podría marcar un antes y un después en la democracia nepalesa, inaugurando una etapa donde la presión ciudadana y digital desafía directamente las estructuras tradicionales del poder.
Aunque la decisión de Paudel desactiva temporalmente la tensión en las calles, los colectivos juveniles han advertido que mantendrán la movilización hasta asegurarse de que la transición no sea solo simbólica, sino que conduzca a un verdadero cambio político.

