En medio de una peligrosa escalada fronteriza, los gobiernos de Tailandia y Camboya han aceptado la mediación de Malasia y celebrarán este lunes una reunión de alto nivel en Kuala Lumpur.
El encuentro busca poner fin al conflicto armado más grave entre ambas naciones en más de una década, tras cuatro días de intensos enfrentamientos que han dejado al menos 33 muertos y más de 200.000 desplazados.
Los primeros ministros Hun Manet (Camboya) y Phumtham Wechayachai (Tailandia) llegarán a la capital malasia como parte de una iniciativa encabezada por el canciller malasio Mohamad Hasan, quien confirmó a la agencia estatal Bernama que “ambos gobiernos depositan plena confianza en Malasia” como mediador neutral.
“Me pidieron asumir el papel de mediador”, declaró Hasan, asegurando que se acordó excluir la participación formal de otros países en el proceso, aunque actores internacionales seguirán de cerca las negociaciones.
La cita fue convocada por el primer ministro malasio Anwar Ibrahim, actual presidente pro tempore de la ASEAN, quien el viernes propuso un alto el fuego inmediato. Pero pese a los esfuerzos diplomáticos, este domingo los enfrentamientos continuaron.
Según informó la portavoz del Ministerio de Defensa camboyano, Maly Socheata, a las 4:50 a.m. (hora local), “el ejército tailandés atacó dos templos en disputa situados al noroeste”, lugar donde estallaron los primeros combates el pasado jueves.
Por su parte, Bangkok acusa a Camboya de haber iniciado las hostilidades con disparos hacia civiles tailandeses, lo que provocó una inmediata respuesta aérea por parte de las Fuerzas Armadas de Tailandia. Las autoridades tailandesas reportaron este domingo el impacto de proyectiles camboyanos en varias viviendas de la provincia de Surin.
El conflicto se centra en zonas templarias disputadas que han sido históricamente motivo de fricción entre Phnom Penh y Bangkok. A diferencia de crisis anteriores, esta ha escalado con rapidez, afectando a zonas densamente pobladas y obligando a la evacuación masiva de comunidades fronterizas.
Participación inesperada de EE.UU en el conflicto Camboya y Tailandia

Aunque excluido formalmente del proceso, el presidente estadounidense Donald Trump anunció el sábado haber hablado con ambos líderes y aseguró que se comprometieron a “trabajar por una tregua”. Además, involucró al senador Marco Rubio en las conversaciones. No obstante, ni Malasia ni la ASEAN han confirmado oficialmente la intervención estadounidense.
La situación sigue siendo extremadamente volátil. Artillería, ataques aéreos y fuego cruzado continúan registrándose a lo largo de la frontera, poniendo en riesgo no solo la estabilidad bilateral, sino también la cohesión regional del Sudeste Asiático. La reunión en Kuala Lumpur representa, por ahora, la única esperanza concreta de contención.
Este nuevo capítulo de violencia se produce en el marco de tensiones históricas por el control de áreas sagradas y estratégicas en la frontera común. La última gran confrontación tuvo lugar hace más de 15 años, también por disputas territoriales no resueltas pese a fallos internacionales.
Las miradas están ahora puestas en Malasia, que intenta consolidar su papel como mediador regional.