Trinidad y Tobago, en una nueva provocación, recibirá un barco de guerra estadounidense durante cuatro días, en medio de la alta tensión regional a causa de la presencia y acciones del ejército de Estados Unidos en aguas del Caribe.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores y CARICOM desea aconsejar al público que el USS Gravely (DDG-107) visitará Trinidad y Tobago del 26 al 30 de octubre, amarrando en Puerto España” anunció el portafolio de exteriores y añadió que “la 22a Unidad Expedicionaria de Marines de EE. UU. realizará formación conjunta con la Fuerza de Defensa de Trinidad y Tobago (TTDF) durante el mismo período.”
Desde el 14 de agosto, Estados Unidos mantiene en aguas regionales inmediatas a Venezuela al Grupo Anfibio Listo y unos 10.000 marines, en franca amenaza e intimidación contra la República Bolivariana.
El USS Gravely es un destructor lanzamisiles guiados Aegis de la clase Arleigh Burke de la Armada de los Estados Unidos, que no guarda relación directa con el grupo anfibio, por lo que su presencia podría considerarse una escalada de las tensiones.

Esta amenaza tiene por excusa la supuesta lucha contra el narcotráfico en la región, cuando varias voces políticas, así como los gobiernos de Venezuela y Colombia, apuntan a que se intenta un cambio de régimen en la República Bolivariana.
También desde el 2 de septiembre, las fuerzas estadounidenses han conducido más de ocho ataques cinéticos contra pequeñas embarcaciones en aguas regionales, sin evidencias y violentando todos los protocolos de detención en alta mar. El asesinato de más de 34 personas hasta la fecha en estos ataques, se considera una ejecución extrajudicial.
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De estas muertes, dos se corresponden con nacionales trinitobaguenses: Chad Joseph y Richie Samaroo. Sus familiares y miembros de la comunidad costera de Las Cuevas, denuncian este hecho y niegan cualquier vínculo de las víctimas con redes de narcotráfico.
El gobierno trinitobaguense ha mantenido silencio sobre la muerte de sus dos connacionales, mientras reitera abiertamente su apoyo a las acciones militares estadounidenses en aguas regionales.
Estados Unidos en Trinidad y Tobago: un pie en el Caribe
“La presencia de los servicios del Ejército de Estados Unidos en Trinidad y Tobago pone de relieve el compromiso de los Estados Unidos con la seguridad de la región y esfuerzos de cooperación en el Caribe” prosigue el comunicado.
Trinidad y Tobago, desde la asunción de la primera ministra Kamla Persad Bissessar, se ha plegado a los intereses de Estados Unidos en la región. En junio, la mandataria reaccionó desproporcionadamente ante la denuncia del Ministerio del Interior, Justicia y Paz venezolano sobre la presencia de un nacional trinitobaguense en una banda desarticulada en territorio nacional.
La mandataria ofreció su territorio nacional como base ante una supuesta invasión a Venezuela y luego del primer ataque cinético, afirmó que Estados Unidos “debería matarlos a todos violentamente”. A finales de septiembre, la primera ministra se reunió en washington con el Seccretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.

Las naciones Caricom, el 18 de octubre, firmaron un comunicado en el que conjuntamente pedían que la lucha contra el narcotráfico se ejecutara dentro de la legalidad internacional. Trinidad y Tobago fue la única nación que se abstuvo de firmar esta declaración y horas después, emitió un comunicado propio reiterando su apoyo al despliegue.
“La visita fortalece la cooperación militar a militar entre EE. UU. y Trinidad y Tobago a través de intercambios de expertos centrados en las tácticas básicas de infantería, procedimientos de mantenimiento y avanzados capacidades médicas, aprovechando las instalaciones del TTDF para mejorar la competencia táctica y mejorar la confianza mutua” afirma el comunicado de la cartera de exteriores.

