El Gobierno de Estados Unidos observa con creciente preocupación los movimientos del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante el riesgo de que el líder del Likud desmantele el acuerdo de paz impulsado por Washington para poner fin al conflicto en la Franja de Gaza, informó The New York Times citando a altos funcionarios de la Casa Blanca.
Según el medio, varios asesores del presidente Donald Trump advirtieron que la situación es “muy delicada” y que cualquier paso en falso podría llevar al colapso del frágil alto al fuego, vigente desde el pasado 10 de octubre. Dicho acuerdo marcó el inicio de una tregua con Hamás que permitió la liberación de rehenes israelíes a cambio de prisioneros palestinos.
Sin embargo, fuentes dentro de la Administración reconocen su inquietud por las recientes acciones del Gobierno israelí, que ha limitado la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, permitiendo solo la mitad de los camiones acordados y retrasando la reapertura del cruce de Rafa. Israel argumenta que Hamás no ha cumplido con la entrega de los cuerpos de los rehenes fallecidos.
EE.UU envía funcionarios para contener a Netanyahu
Ante las tensiones, Washington ha reforzado su presencia diplomática en la región. El vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, se dirige a Israel para sumarse al enviado especial para Oriente Medio, Steve Witkoff, y al asesor presidencial y yerno de Trump, Jared Kushner, quienes ya se encuentran en el país. Su objetivo: garantizar que el alto al fuego se mantenga y evitar que Netanyahu reactive una ofensiva total contra Gaza.
“La esperada llegada de Vance tiene como objetivo añadir una capa simbólica adicional para ilustrar el compromiso del Gobierno de mantener intacto el acuerdo”, señala el NYT. No obstante, el periódico advierte que la tregua sigue bajo seria amenaza tras los ataques aéreos israelíes del domingo en el sur de Gaza, ordenados directamente por Netanyahu, quien habría exigido “medidas enérgicas” contra instalaciones en la ciudad de Rafa.
De acuerdo con autoridades palestinas, Israel ha violado 47 veces el alto al fuego, dejando un saldo de 38 muertos y 143 heridos. Estas acciones habrían puesto en entredicho la voluntad del Gobierno israelí de cumplir con la segunda fase del plan de paz dejando claro su carácter genocida, centrada en el suministro de ayuda y la repatriación de restos de rehenes.
El ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, incluso instó recientemente a “abrir las puertas del infierno” en Gaza, lo que ha generado alarma dentro del gabinete de Trump. Tanto Witkoff como Kushner han reconocido que el panorama es “muy delicado” y que el acuerdo “corre el riesgo de fracasar”.
Para Washington, evitar una ruptura total con Netanyahu es ahora una prioridad diplomática. Una escalada militar no solo sepultaría el acuerdo, sino que también comprometería la estrategia de paz que Estados Unidos intenta consolidar en Oriente Medio tras años de tensiones acumuladas.
