El Senado de Estados Unidos, con mayoría republicana, aprobó este martes por un estrecho margen (51-50) el ambicioso proyecto fiscal del presidente Donald Trump. La votación terminó tras una sesión maratónica de más de 24 horas en la que se debatieron y votaron numerosas enmiendas, mientras los líderes republicanos intentaban convencer a los senadores indecisos.
El vicepresidente de Estados Unidos J.D. Vance fue decisivo al emitir el voto de desempate. En contra a esta nueva ley votaron 47 demócratas y tres republicanos: Rand Paul, Thom Tillis y Susan Collins.
El proyecto, que Trump ha llamado “Big and Beautiful” o en español «Grande y Hermosa», representa una victoria legislativa significativa para el presidente Trump, y ahora pasa a la Cámara de Representantes, donde se debe asegurar su aprobación antes del 4 de julio, fecha límite establecida por Trump.
En este proyecto de ley se extienden los recortes fiscales que fueron implementados en 2017, elimina impuestos sobre propinas y horas extra, y aumenta el financiamiento para el Ejército y las políticas migratorias, incluyendo deportaciones masivas. Para financiar parte de estos gastos, se proponen recortes en Medicaid, el programa SNAP de asistencia alimentaria y fondos para energía limpia. Se estima que 11,8 millones de personas podrían perder su seguro médico para 2034, si se promulga la ley.
Los republicanos usaron una estrategia parlamentaria llamada current policy baseline para reducir la percepción del costo real del proyecto en 3.8 billones, permitiendo su aprobación sin necesidad de 60 votos.
Durante la larga sesión, los demócratas intentaron retrasar la aprobación con múltiples enmiendas y mociones para revertir recortes fiscales a los más ricos, pero todas fracasaron. En la Cámara de Representantes, el proyecto enfrenta resistencia, incluso dentro del Partido Republicano, especialmente por recortes en Medicaid y cambios en deducciones fiscales estatales y locales.
En resumen, el Senado aprobó un paquete fiscal y presupuestario clave para Trump tras un intenso debate y con un voto de desempate del vicepresidente, pero la ley aún debe superar desafíos en la Cámara antes de convertirse en ley. Esta legislación extiende recortes fiscales, incrementa gastos militares y migratorios, y reduce programas sociales, generando preocupación sobre su impacto económico y social.