La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar se desliga de las decisiones de CARICOM, sin embargo aplaude los designios de Washington contra los caribeños.
El 16 de diciembre de 2025, el Gobierno de los EE. UU. emitió una hoja informativa que describe la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, de restringir y limitar aún más la entrada de ciertos ciudadanos extranjeros. Persad justifica esta decisión como de «interés de la seguridad nacional de los Estados Unidos».
La hoja informativa de Estados Unidos detalló la justificación de la suspensión parcial de la entrada para inmigrantes y no inmigrantes bajo las categorías de visas B-1 , B-2, B-1 /B-2, F, M y J.
Esta acción tuvo respuesta de parte de los gobiernos de la Comunidad del Caribe (CARICOM) en una declaración, donde expresan preocupación por las restricciones que anunció el gobierno de Estados Unidos el 16 de diciembre.
Aunque Antigua y Barbuda y Dominica entablaron conversaciones con Washington que lograron finalmente la suspensión de esa medida, la actuación de Kamla Persad en contra de CARICOM develan su servilismo a Estados Unidos en un contexto que exigía solidaridad con sus países vecinos.

Primera ministra de Trinidad y Tobago ataca a su principal organización regional
Este 20 de diciembre, en un comunicado, Kamla Persad dijo que Caricom «ha perdido el rumbo» en la actual crisis en el Caribe por el despliegue militar estadounidense contra Venezuela.
La primera ministra de Trinidad y Tobago acusó a CARICOM de “mala gestión, escasa rendición de cuentas, divisiones facciosas” e “intromisión inapropiada en la política interna de los Estados miembros”.
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En una declaración contundente, dejó su postura inequívocamente clara: «Caricom no puede seguir operando de esta manera disfuncional y autodestructiva, ya que perjudica gravemente a los caribeños. La comunidad caribeña debe afrontar la corrupción dentro de la organización con transparencia y honestidad. Escudarse en la superficialidad de la diplomacia, la falsa sofisticación y las falsas narrativas es contraproducente», escribió Kamla.
«Es excepcionalmente raro que una Primera Ministra en funciones utilice términos como ´podredumbre´ y ´autodestructivo´ para describir un organismo regional al que pertenece su país. Indica que las frustraciones privadas han desbordado una crisis pública, llevando el conflicto sin solución a través de los canales diplomáticos convencionales», escribió el periodista Ernesto Cooke, en el diario St. Vicent Times.
En una clara ruptura con el protocolo, la primera ministra Persad-Bissessar desmarcó públicamente a su gobierno de esta postura colectiva. Afirmó que Trinidad y Tobago reconoce el derecho soberano de Estados Unidos a tomar decisiones que garanticen sus intereses.

Persad-Bissessar amenazó a sus países vecinos sobre las “repercusiones” por apoyar al gobierno de Venezuela, al que por primera vez calificó de «narcogobierno de Maduro encabezado por un dictador», y agregó que “todos debemos vivir con las consecuencias de nuestras acciones”.
Esta es una radicalización de la postura de la primera ministra, quien desde el comienzo de las agresiones de Estados Unidos contra el Caribe se posicionó al lado de Washington.
La respuesta de Antigua y Barbuda
Tras estas duras críticas a la organización caribeña, uno de sus miembros, el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, defendió que Caricom es «un socio fiable» tanto en materia económica como de seguridad para los países integrantes.
Browne afirmó que CARICOM «Es una alianza arraigada en una historia compartida, una lucha compartida por la independencia y la determinación compartida de que los pequeños Estados son más fuertes cuando actúan juntos».
El jefe de Gobierno de Antigua y Barbuda hizo hincapié en que «el diálogo respetuoso con los socios internacionales no es servilismo, y las consultas regionales tampoco son deslealtad».

