El general de brigada retirado y exministro de Seguridad Nacional de Trinidad y Tobago, Carl Alfonso, cuestiona narrativas hostiles hacia Venezuela y desmiente argumentos sobre un supuesto ataque desde la República Bolivariana.
“No paro de oír que va a haber una guerra, que Venezuela va a atacar Trinidad, etcétera, etcétera. No sé de dónde sacan toda esa información. No creo que Venezuela vaya a atacar Trinidad. ¿Por qué iba a hacerlo?”, dijo Alfonso.
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Las relaciones entre Trinidad y Tobago y Venezuela han sufrido un detrimento severo en los últimos meses. Desde su toma de posesión, la primera ministra de Trinidad y Tobago ha asumido una posición hostil hacia Venezuela, en franco alineamiento con Estados Unidos.
En junio, la mandataria trinitobaguense anunció que usaría fuerza letal contra cualquier embarcación que se aproximara a su territorio desde Venezuela, luego de que el ministro del interior de la República Bolivariana denunciara la presencia de un ciudadano trinitobaguense en una banda desarticulada en el país.
El 26 de octubre, Trinidad y Tobago recibió en el puerto de Puerto España el USS Gravely, un buque de guerra estadounidense que llega a la región en medio del despliegue militar de la nación norteña en el Caribe, en acción intimidatoria contra Venezuela.
El Gravely se suma al grupo anfibio listo y al grupo de tarea conjunta del comando sur de los Estados Unidos. Se prevé que el portaviones Gerald Ford también arribe a aguas caribeñas.

Por demás, desde el 2 de septiembre Estados Unidos ha ejecutado cerca de 10 ataques cinéticos contra embarcaciones pequeñas bajo el pretexto de combatir el narcotráfico en la región. Estas acciones han dejado más de 55 personas asesinadas, dos de ellas trinitobaguenses. La mandataria afirmó, luego del primer ataque, que Estados Unidos debía “matarlos a todos violentamente.”
Trinidad y Tobago ¿Base de Estados Unidos en la región?
“Por qué Estados Unidos atacaría a Venezuela es otra historia. Y creo que todos sabemos cómo es esa historia” dijo el ex ministro.
Estados Unidos insiste en que sus operaciones combaten el narcotráfico en la región, mientras varias voces políticas apuntan a que su verdadero motivo es provocar un cambio de régimen en Venezuela.
La actual administración de Trinidad y Tobago ha alimentado las narrativas de criminalización de Venezuela, apuntando a que su nación es destino de tráfico de drogas y armas desde la República Bolivariana.
“Somos los más cercanos al continente y, por supuesto, nos estamos viendo afectados, creo que muy gravemente afectados, por el tráfico de drogas, las bandas, los cárteles, el tráfico de personas y el contrabando de armas” afirmó Persad Bissessar en recientes declaraciones en televisión nacional.
Venezuela ha denunciado estos argumentos y su respaldo a las acciones ilegales estadounidenses en aguas cercanas a su territorio como parte de una provocación. El 27 de octubre la República Bolivariana denunció y suspendió el tratado de colaboración energética con Trinidad y Tobago. El 28 de octubre, la asamblea nacional de Venezuela declaró a la mandataria persona no grata.
“No se nos está utilizando como base. Hemos tenido barcos aquí antes, barcos que han venido ahora y barcos que vendrán después, porque tenemos una historia de cooperación con los Estados Unidos. (…) Por lo tanto, afirmo categóricamente que no tenemos planes de que Trinidad sea utilizada como base para ninguna intervención militar en ningún otro lugar” dijo.
En agosto, a inicios del despliegue naval militar estadounidense, la mandataria ofreció su territorio nacional como base militar en el supuesto de una invasión a Venezuela.

