El presidente estadounidense Donald Trump encendió nuevamente las alarmas internacionales tras declarar que “muy pronto” detendrá por completo la entrada de drogas a Estados Unidos “por tierra”, en alusión directa a Venezuela.
Las declaraciones, emitidas a bordo del Air Force One, han sido interpretadas como una posible antesala de ataques terrestres contra el país suramericano.
“Detuvimos prácticamente la entrada de drogas por mar. Y muy pronto detendremos la entrada de drogas por tierra. Verán que eso empieza. Verán que las drogas dejan de entrar a nuestro país, al igual que detuvimos a los presos, a los traficantes y a los drogadictos”, aseguró Trump ante un grupo de periodistas durante su vuelo presidencial.
Las afirmaciones se suman a una serie de acusaciones recientes del mandatario, quien ha tildado tanto al presidente venezolano Nicolás Maduro como al colombiano Gustavo Petro de ser “narcotraficantes”. Estas declaraciones han provocado un deterioro sin precedentes en las relaciones diplomáticas de Washington con Bogotá y Caracas.
Por su parte, el gobierno venezolano rechazó de manera contundente las declaraciones de Trump. Maduro señaló que se trata de un pretexto para justificar operaciones militares en el Caribe y en el Pacífico. “Que Venezuela envía ese veneno para allá es mentira. No hay una hectárea de hoja de coca en Venezuela, no hay laboratorios, y cuando los encontramos, los volamos”, afirmó el mandatario venezolano.
Las declaraciones de Maduro coinciden con lo expuesto en el más reciente Informe Mundial sobre Drogas de la ONU (2025), el cual señala que el 87 % de los narcóticos que ingresan a EE. UU. provienen del Pacífico, principalmente desde Colombia y Ecuador, mientras que solo el 5 % lo hace a través de territorio venezolano. Incluso el informe “National Drug Threat Assessment” de la DEA no menciona a Venezuela como país productor o distribuidor relevante.
Trump insiste en una fantasía para invadir Venezuela
Sin embargo, la Casa Blanca insiste en mantener y ampliar su operativo militar en el Caribe, desplegado desde agosto, con el argumento de combatir a los cárteles del narcotráfico. En las últimas semanas, se han registrado bombardeos sobre embarcaciones menores en el Pacífico, acciones que han sido condenadas por los gobiernos de Venezuela, México, Brasil y Colombia, además de expertos de la ONU, que las calificaron como “ejecuciones sumarias” y violaciones al derecho internacional.
El secretario de Guerra estadounidense, Peter Hegseth, confirmó el pasado 22 de octubre un “ataque cinético” contra una presunta “narcolancha”, que dejó dos muertos. Aunque Washington defendió la operación, organizaciones internacionales han exigido una investigación independiente.
Maduro ha denunciado reiteradamente que su país enfrenta una “guerra multiforme” orquestada desde EE. UU. para imponer un “cambio de régimen” y apoderarse de sus recursos naturales, especialmente petróleo, gas, oro y coltán. “Lo que buscan es robarnos el futuro, pero el pueblo venezolano resistirá”, declaró el mandatario.
Mientras tanto, los analistas advierten que el discurso de Trump podría marcar el inicio de una nueva escalada militar en el hemisferio, con implicaciones directas sobre la estabilidad regional y las relaciones entre EE. UU. y América Latina.
