Donald Trump, aseguró este jueves que no le preocupa “en absoluto” el acercamiento de Lula, México y otros países latinoamericanos a China, pese a la escalada de tensiones comerciales derivada de los aranceles impuestos por Washington.
«No me preocupa en absoluto. Pueden hacer lo que quieran, ya sabes, ninguno de ellos lo está haciendo muy bien. Y en lo que respecta a la economía, estamos dejando atrás a todos, incluida China. Ahora mismo lo estamos haciendo mejor que cualquier otro país del mundo», afirmó el mandatario a la prensa, defendiendo su estrategia arancelaria.
Trump también apuntó directamente contra Brasil, calificándolo de “socio comercial horrible en términos de aranceles” y denunciando que “nos cobran aranceles enormes, mucho más de lo que nosotros les cobraríamos a ellos. Nosotros no cobrábamos nada básicamente”. Según el presidente, el país sudamericano tiene “unas leyes muy malas” y ha tratado a EE.UU. “muy mal” durante muchos años.
Las declaraciones del republicano se producen después de que el presidente de China, Xi Jinping, expresara a su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, su disposición a reforzar la cooperación y construir “un mundo más justo y un planeta más sostenible” junto a Brasil. A su vez, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, acordó con Lula fortalecer relaciones bilaterales en respuesta a la guerra arancelaria.
Lula contraataca

Horas más tarde, Lula respondió con firmeza, calificando de “mentira” las acusaciones de Trump y asegurando que “Brasil es bueno, solo que no se va a arrodillar ante el Gobierno estadounidense”. En un acto en Pernambuco, el líder brasileño rechazó que su país sea un “mal socio comercial” y defendió su posición en el marco de las tensiones con Washington.
Trump había insistido desde la Casa Blanca en que “Brasil es uno de los peores países del mundo” en materia de aranceles, justificando así la imposición de tarifas del 50 %. “Y no están contentos, pero así es como funciona”, agregó.
El presidente brasileño también aprovechó para responder a las críticas de Trump sobre el juicio contra Jair Bolsonaro. “La democracia está juzgando a Bolsonaro”, afirmó, y lanzó una advertencia directa: “Si vivieras en Brasil y hubieras hecho aquí lo que hiciste en EE.UU., también serías juzgado y, si fueras declarado culpable, irías a la cárcel”.
Cuba, otro punto de fricción

En paralelo, Lula criticó duramente la política estadounidense hacia Cuba, después de que Washington revocara las visas de dos funcionarios brasileños vinculados al programa médico ‘Mais Médicos’.
“EE.UU. hizo una guerra, perdió. Acepten que perdieron y dejen a los cubanos vivir en paz, dejen a los cubanos vivir su vida. No permanezcan queriendo mandar en el mundo. Él [Trump] no es un emperador”, declaró, denunciando el bloqueo que La Habana enfrenta desde hace más de seis décadas.
Lula reiteró que la relación de Brasil con Cuba “es una relación de respeto a un pueblo que está siendo víctima de un bloqueo desde hace 70 años”, el cual calificó de injustificado y causante de carencias en la isla.
Con este cruce de declaraciones, la disputa comercial entre Washington y Brasil suma un componente político y geopolítico, marcado por el papel de China como socio cada vez más influyente en América Latina y por la defensa de Lula de un bloque BRICS fortalecido frente a la presión estadounidense.