El presidente estadounidense Donald Trump planea informar a los miembros del Congreso sobre la futura ampliación de operaciones militares en la región, en particular hacia Venezuela y Colombia, según declaraciones del senador Lindsey Graham. En una entrevista con CBS News, el legislador afirmó que los ataques terrestres contra territorio venezolano se consideran “una posibilidad real”.
Graham reveló que Trump le comunicó que, al regresar de su gira en Asia, tenía previsto «informar a los miembros del Congreso sobre operaciones militares potenciales futuras contra Venezuela y Colombia». En sus palabras: «Habrá una sesión informativa en el Congreso sobre la posible expansión del mar a la tierra. Apoyo esa idea·.

De acuerdo con el senador, el objetivo central de Trump y de esa posible expansión es evitar que Venezuela y Colombia puedan ser “usadas para envenenar a Estados Unidos”. En concreto declaró: “El objetivo final es garantizar que Venezuela y Colombia no puedan ser utilizadas para envenenar a Estados Unidos, que el dictador narcoterrorista Maduro ya no pueda amenazar a nuestro país ni enviar drogas para matar a estadounidenses”.
Los movimientos de Washington se producen en el marco de una ampliación de su presencia militar en el Caribe y el Pacífico oriental, en operaciones que el Pentágono atribuye a la lucha contra organizaciones de narcotráfico a las que se califica de “narco-terroristas”.
Estos bombardeos navales y a embarcaciones atribuidas a redes de tráfico de drogas han generado al menos 40 víctimas mortales. Sin embargo, la administración estadounidense aún no ha divulgado públicamente la evidencia que vincula a los atacados con actividades criminales.
En respuesta a las preguntas sobre si estas acciones podrían involucrar tropas terrestres en Venezuela, Graham no lo descartó: «Si es una posibilidad real”. No obstante, señaló que será el presidente quien dé mayores detalles sobre la presencia de fuerzas terrestres.
Trump enfrenta una seria oposición
La iniciativa de Trump ha generado fuertes reacciones. En EE.UU., algunos senadores republicanos, como Rand Paul y Todd Young, advierten sobre la legalidad y transparencia de las operaciones. Paul llegó a afirmar que sin pruebas no presentadas públicamente “las calificaría de ejecuciones extrajudiciales”.

Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro denunció que estas maniobras buscan “un cambio político” en Venezuela y calificó los ataques navales como parte de una estrategia de presión contra un Estado independiente.
Analistas advierten que una acción terrestre contra Venezuela cambiaría la naturaleza de la intervención, planteando interrogantes sobre la soberanía, la escalada militar y el marco jurídico internacional.

Mientras tanto, Washington avanza en señalizar que considera el tráfico de drogas como una amenaza que permite al presidente intervenir sin declaración formal de guerra, lo que ha despertado alarmas sobre el equilibrio de poderes.
Con el anuncio de la sesión informativa en el Congreso próximo a concretarse, todos los ojos se posan en Washington y Caracas quienes observan en la política exterior estadounidense un cambio hacia el intervencionismo en América Latina.

