Desde la planta de U.S. Steel en West Mifflin, Pensilvania, el presidente Donald Trump anunció una escalada significativa en su política comercial: duplicará los aranceles a las importaciones de acero y aluminio del 25% al 50%, con vigencia a partir del miércoles 4 de junio de 2025.
Esta medida, presentada como una estrategia para proteger la seguridad nacional y revitalizar la industria metalúrgica estadounidense, ha generado preocupación global por su potencial para reavivar tensiones comerciales y afectar la cadena de suministros industrial.
“Vamos a duplicar los aranceles al acero extranjero, del 25% al 50%”, afirmó el presidente urante el mitin, en una declaración recibida con entusiasmo por los trabajadores presentes.
“Esta empresa va a seguir siendo una empresa estadounidense”, añadió en referencia al acuerdo entre U.S. Steel y la japonesa Nippon Steel.
Además, aseguró que este acuerdo, que el pasado 3 de enero fue bloqueado por el entonces presidente Joe Biden por motivos de seguridad nacional, crearía al menos 70.000 empleos y aportaría 14.000 millones de dólares a la economía estadounidense.
“No habrá una venta extranjera de una empresa estadounidense tan importante sin mi aprobación como presidente”, sentenció el mandatario
El inquilino de la Casa Blanca dijo que no aprobaría el acuerdo si U.S. Steel no permanecía bajo control estadounidense y anunció que mantendrá su sede en Pittsburgh.
Según la administración a ¿quién beneficia?
Industria siderúrgica nacional de EE. UU.: Las compañías productoras de acero como U.S. Steel se verán directamente beneficiadas por la reducción de competencia extranjera.
El anuncio coincide con un acuerdo de inversión de 14.000 millones de dólares entre Nippon Steel (Japón) y U.S. Steel, operación que Trump defendió asegurando que el control se mantendrá en manos estadounidenses.
Sectores políticos pro-industria: El anuncio fortalece la base electoral de Trump en estados industriales clave como Pensilvania y Ohio, donde la industria siderúrgica es un pilar económico.
A quién perjudica
Exportadores de acero a EE. UU.: Países como México, Brasil, Corea del Sur, Canadá, y miembros de la Unión Europea podrían ver reducida su competitividad frente a las barreras arancelarias.
Industrias estadounidenses consumidoras de acero: Empresas de construcción, automotrices y fabricantes de maquinaria que dependen del acero importado enfrentarán mayores costos. Esto podría traducirse en inflación de precios al consumidor.
La Comisión Europea el pasado marzo había expresado su rechazo: “Estamos profundamente preocupados por esta escalada unilateral y estudiaremos medidas de reciprocidad en defensa de nuestros intereses”, se indicó en un comunicado.
Las acciones de empresas consumidoras de acero cayeron ligeramente tras el anuncio, mientras que los valores de las siderúrgicas estadounidenses registraron ganancias.
Socios comerciales podrían responder con contramedidas, abriendo la puerta a una nueva etapa de tensiones similares a las de la guerra comercial 2018–2020.
A pesar del anuncio sobre Nippon Steel, los analistas advierten que políticas tan proteccionistas podrían disuadir nuevas inversiones foráneas en sectores estratégicos de EE. UU.
