Donald Trump inició conversaciones con Ruanda y Libia para explorar la posibilidad de enviar a esos países africanos a migrantes de otras naciones que tienen antecedentes penales y han sido detenidos en Estados Unidos, según medios estadounidenses.
La propuesta estadounidense, que incluye una lista de nombres de posibles deportados a Ruanda, contó con un recibimiento «con entusiasmo» por parte del Gobierno de ese país africano, según un funcionario ruandés con conocimiento de la situación citado por The Washington Post.
La Administración Trump ha entablado también conversaciones con Libia sobre la posibilidad de enviar a migrantes con antecedentes penales aunque Libia se niega a ejecutar esa acción.
«Libia se niega a ser un destino para la deportación de migrantes bajo cualquier pretexto”, escribió Abdul Hamid Dbeibeh, primer ministro del gobierno con sede en Trípoli, en las redes sociales el miércoles y añadió que cualquier acuerdo realizado por “entidades ilegítimas” no vincula al Estado libio.
Trump siendo Trump
Además, la Casa Blanca espera entablar negociaciones formales con Libia para alcanzar un acuerdo de tercer país seguro, que permitiría a Estados Unidos enviar a los solicitantes de asilo detenidos en la frontera estadounidense, según una fuente citada por el canal CNN.
Países africanos, claves en la estrategia de Trump
Las conversaciones con los países africanos responden a la orden ejecutiva firmada por Trump en enero pasado para lograr acuerdos internacionales que permitan el envío a terceros países de solicitantes de asilo e inmigrantes con antecedentes criminales.
El Salvador es un «país ejemplo» que ha aceptado recibir a inmigrantes que no son sus ciudadanos haciendo el juego nefasto de Trump.
En ese sentido, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, subrayó este miércoles en una reunión del gabinete que la Administración Trump estaba «buscando activamente» países dispuestos a acoger a ciudadanos de terceros países.
Con información de EFE