En un momento de creciente tensión entre Occidente y Moscú, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibirá hoy lunes en Washington al secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
La reunión, que forma parte de una visita oficial de dos días, también incluirá encuentros del jefe de la alianza atlántica con el secretario de Estado, Marco Rubio, y el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
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La cumbre tiene lugar en un contexto de endurecimiento de la retórica de Washington hacia Rusia y nuevos compromisos armamentísticos con Ucrania. Trump anunció recientemente un nuevo paquete de sistemas antiaéreos Patriot, aunque puntualizó que “nos las pagarán al 100 %”, exigiendo a la OTAN y a la Unión Europea cubrir todos los costos del envío. «También entregaremos sistemas Patriot costeados por la Unión Europea», afirmó.
Este lunes, además, Trump prometió realizar una «importante declaración» sobre Rusia, en medio de lo que él mismo calificó como una “falta de avances” en el proceso de paz. Fuentes cercanas al presidente indicaron que su creciente decepción con Vladímir Putin podría marcar un giro en la postura estadounidense.
El anuncio de más apoyo militar a Kiev coincide con nuevas amenazas del presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, quien ha advertido sobre posibles ataques de largo alcance dentro del territorio ruso.
La intensificación del conflicto ha provocado una cadena de reacciones. La noche del 8 al 9 de julio, un ataque con drones ucranianos contra una playa en la ciudad rusa de Kursk dejó tres muertos y siete heridos. Días antes, un edificio residencial colapsó en Jersón tras un bombardeo aéreo.
En respuesta, las Fuerzas Armadas de Rusia han intensificado sus ataques contra instalaciones militares ucranianas, destruyendo dos lanzadores y una estación de radar del sistema antiaéreo Patriot, según fuentes del Ministerio de Defensa ruso.
El halcón de la guerra detrás de Trump
En paralelo, el senador republicano Lindsey Graham, quien también se reunirá con la Rutte y miembros del Congreso, declaró que “se acerca un punto de inflexión” en las hostilidades. Graham impulsa un proyecto de ley que impondría sanciones económicas “aplastantes” contra Moscú y aranceles a países que compren recursos rusos y busca apoyo de Trump.
“La idea de que EE.UU.venda armas para ayudar a Ucrania está muy presente. Le hemos dado mucho a Ucrania. Le damos dinero, le damos ayuda militar. Ahora tenemos un acuerdo sobre minerales con Ucrania que vale billones de dólares”, explicó.
Graham advirtió además que “la única forma” de poner fin al conflicto es “conseguir que quienes apoyan a Putin elijan entre la economía estadounidense y ayudar a Putin”. Apuntó directamente a países como China, India y Brasil: “Van a sufrir graves consecuencias si siguen ayudando a Putin”, afirmó, denunciando que estas naciones “compran petróleo y productos derivados del petróleo y otros bienes” a Rusia.
Desde Moscú, el viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, respondió que las sanciones arancelarias no alterarán la situación estratégica. “Su imposición no cambiará fundamentalmente el panorama, ya que el país sabe cómo resistir a tales medidas coercitivas”, dijo Riabkov.
La reunión entre Trump y Rutte, en ese marco, adquiere una relevancia estratégica para la OTAN y sus planes a futuro. No solo se discutirá la coordinación armamentística con Kiev, sino también la redefinición del papel de la Alianza en un mundo donde las potencias emergentes desafían el poderío tradicional occidental.
