La aprobación pública de Donald Trump en la gestión económica y otros asuntos emblemáticos como inmigración y seguridad ciudadana ha tocado mínimos históricos, mostrando un deterioro constante desde marzo, según una reciente encuesta del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC.
Solo un 31% de los adultos en EE.UU. aprueba su manejo de la economía, una caída considerable respecto al 40% obtenido hace nueve meses, cifra que representa el nivel más bajo en este tipo de sondeos durante los primeros años de su mandato. Su popularidad en materia de seguridad y lucha contra el crimen también ha bajado drásticamente, pasando del 53% al 43%, y en inmigración del 49% al 38%.
Estos retrocesos afectan directamente a su base electoral. Entre los votantes republicanos, el respaldo a su gestión económica descendió del 78% en marzo al 69% en diciembre, señalando un creciente desencanto incluso en su propia coalición. Mientras tanto, un 68% de la población califica la economía del país como «pobre», sin mejoras perceptibles desde la administración anterior.
Aunque el porcentaje de estadounidenses que aprueba el trabajo general de Trump como presidente ha bajado solo ligeramente (del 42% al 36%), la encuesta revela la dificultad del mandatario para mantener la confianza en sus políticas estrella, situación que podría complicar la estrategia de su partido de cara a las elecciones de mitad de legislatura de 2026.
En el frente migratorio, Trump mantiene un respaldo relativamente fuerte en seguridad fronteriza (50%), pero la aprobación en políticas migratorias generales cae a un 38%. Este contraste refleja el respaldo mediante los independientes y ciertos demócratas a un mayor control fronterizo, pero revela rechazo a las medidas más agresivas de deportación y redadas masivas.
En cuanto a la gestión sanitaria y la administración gubernamental, la aprobación también se desploma; solo un 30% respalda su política en salud, y un 35% aprueba su manera de manejar el gobierno federal, datos que coinciden con la crisis producida en la negociación del presupuesto y el cierre parcial del gobierno.
La encuesta, aplicada a 1.146 adultos entre el 4 y 8 de diciembre, refleja un ambiente político polarizado y una creciente resistencia social a las políticas impulsadas por Trump, lo que augura un escenario complejo para su partido en las próximas contiendas electorales.

