En el marco de la 47.ª Cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump sostuvieron este domingo un encuentro de más de 45 minutos que marcó el primer acercamiento sustantivo entre Brasil y Estados Unidos desde el inicio de la guerra arancelaria impuesta por Washington en julio.
El encuentro, calificado por el canciller brasileño Mauro Vieira como “muy positivo y productivo”, abre un nuevo capítulo en la relación bilateral tras meses de tensión comercial y política. Según Vieira, Trump accedió a suspender los aranceles del 50 % aplicados a las exportaciones brasileñas mientras duren las negociaciones, que comenzarán “de inmediato”.
“Vamos a tener conversaciones encaminadas a la suspensión de los aranceles, teniendo en cuenta que son aplicadas a un país que no tiene un superávit con Estados Unidos, sino un gran déficit”, explicó el canciller.
Un diálogo para “romper el hielo tarifario”

El choque se originó en agosto, cuando EE.UU. impuso aranceles del 50 % sobre la mayoría de productos brasileños, una medida que Lula consideró “un error” y que el mandatario vinculó con un superávit comercial de EE.UU. frente a Brasil de unos 410.000 millones de dólares en los últimos 15 años.
Lulhttps://www.extranewsmundo.com/latinoamerica-zona-paz-lula-da-silva-rechaza-intervencion-militar-estadounidense-en-la-region/a llegó a Malasia con la intención de “romper el hielo tarifario” y reconstruir los canales diplomáticos con Washington, tras meses de duros intercambios por la condena judicial del expresidente Jair Bolsonaro y por la imposición de gravámenes que afectaron productos clave de la economía brasileña, como el café, la carne de res y las frutas tropicales.
La disputa comercial entre ambas potencias tenía ya un impacto visible: la subida de los aranceles estadounidenses había empezado a redibujar las cadenas de suministro globales, sobre todo en el comercio de carne, y estaba impulsando que Brasil redirigiera exportaciones hacia China.

“Brasil tiene todo el interés de tener una relación extraordinaria con EE.UU. No existe ninguna razón para tener cualquier tipo de conflicto”, declaró Lula antes del encuentro.
Trump, por su parte, buscó bajar la tensión con un tono pragmático.
“Es un gran honor estar con el presidente de Brasil, es un gran país, un país precioso y creo que lo están haciendo bien. Nos conocemos y sabemos qué quiere cada uno de nosotros. Creo que llegaremos a un acuerdo con Brasil. Nos llevamos muy bien”, afirmó el mandatario estadounidense.
Bolsonaro, el tema incómodo

Durante la rueda de prensa previa, Trump fue interrogado sobre si el caso del exmandatario Jair Bolsonaro, condenado en Brasil a 27 años y tres meses por intento de golpe de Estado, estaría en la agenda.
“Siempre me ha caído bien, me siento muy mal por lo que le ha pasado. Siempre pensé que era una persona honesta, pero ya sabes, ha pasado por muchas cosas”, dijo el presidente estadounidense. Sin embargo, al ser preguntado directamente si el tema formaría parte de la reunión, respondió tajante: “Eso no es asunto tuyo”.
Aunque Lula evitó referirse al tema, fuentes diplomáticas brasileñas confirmaron que el mandatario pidió el levantamiento del recurso de la Ley Magnitsky, con la que EE.UU. sancionó a jueces y fiscales brasileños involucrados en el caso Bolsonaro, medida que Brasil considera una “injerencia indebida”.
Hacia una agenda común

Ambos mandatarios coincidieron en establecer un periodo de negociación bilateral inmediato, con equipos técnicos que definirán los pasos hacia un acuerdo comercial más equilibrado. Además, Trump manifestó su admiración por la trayectoria política de Lula y confirmó su intención de visitar Brasil próximamente. Lula, a su vez, aceptó realizar una visita de Estado a Washington en los próximos meses.
El gesto de reconciliación entre los dos gigantes del continente llega tras un año de creciente tensión y podría convertirse en un punto de inflexión en la política económica regional. La suspensión temporal de aranceles y el inicio de un diálogo estructurado representan una señal alentadora para los mercados internacionales y para los sectores productivos brasileños más golpeados.
“Creo que podremos hacer algunos tratos bastante buenos para ambos países”, resumió Trump al cierre del encuentro.

