El viceministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Serguéi Kislitsa, anunció este miércoles la suspensión oficial de las conversaciones de paz con Moscú, al considerar que los encuentros mantenidos durante el año no produjeron resultados concretos.
“Dado que las negociaciones de este año terminaron sin un progreso significativo, se pararon”, declaró Kislitsa al portal ucraniano Liga.net, confirmando así lo que varios funcionarios de Kiev venían anticipando desde mediados de octubre: la falta de avances sustanciales en los intentos de diálogo con Rusia.

La decisión supone un nuevo revés para los esfuerzos diplomáticos internacionales que buscaban reabrir el canal político entre ambos países, en un momento en que el conflicto entra en su cuarto año con un costo humano y económico cada vez más alto.
Motivos de la suspensión
Las negociaciones entre Kiev y Moscú han pasado por múltiples fases desde el inicio del conflicto en febrero de 2022. En los últimos meses, varios países mediadores —entre ellos Turquía, China y Suiza— intentaron impulsar rondas informales de contactos, pero sin éxito visible.
La administración del presidente Vladímir Zelenski sostiene que cualquier diálogo futuro debe basarse en la “Fórmula de Paz de Kiev”, que incluye la retirada total de las tropas rusas de todo el territorio ucraniano y la restauración de las fronteras reconocidas internacionalmente.

Por su parte, el Kremlin ha reiterado que no aceptará condiciones “impuestas unilateralmente” y que cualquier proceso de negociación debe reconocer “las realidades sobre el terreno”, en alusión a las regiones ucranianas bajo control ruso.
Un clima político más tenso

La suspensión se produce en medio de un endurecimiento del discurso tanto en Kiev como en Moscú. Fuentes cercanas al Ministerio de Defensa ucraniano indicaron que el gobierno se centrará en reforzar su defensa interna y buscar más apoyo militar occidental antes de considerar una nueva mesa de diálogo.
En paralelo, Rusia ha intensificado sus ataques en zonas del este y sur de Ucrania, mientras continúa consolidando estructuras administrativas en territorios ocupados.
Reacciones internacionales

Varios observadores internacionales calificaron la decisión de Kiev como un “paso previsible” ante la falta de avances. Sin embargo, algunos diplomáticos europeos advirtieron que el cierre formal del canal de diálogo puede dificultar cualquier negociación futura.
La ONU y la Unión Europea han reiterado su llamado a ambas partes para que mantengan abiertos los canales humanitarios y se retomen los esfuerzos diplomáticos “cuando existan condiciones mínimas de confianza”.
Con la suspensión oficial confirmada, Ucrania parece apostar ahora por una estrategia de resistencia prolongada, combinada con presión internacional y apoyo militar occidental, mientras Rusia reafirma su control en las regiones ocupadas y busca legitimarlas ante el mundo.
El conflicto, lejos de acercarse a una salida negociada, parece entrar en una nueva fase de estancamiento político y confrontación sostenida.

