El Gobierno de Hungría acusó este lunes a Ucrania de atacar nuevamente el oleoducto que suministra petróleo al país, lo que obligó a suspender de manera indefinida los envíos de combustible.
ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto, calificó la acción de Kiev como un atentado directo contra la seguridad energética nacional.
«¡Ucrania ha vuelto a atacar el oleoducto que abastece a Hungría, interrumpiendo el suministro. Este último ataque contra nuestra seguridad energética es indignante e inaceptable!», escribió Szijjarto en su cuenta de X.

El canciller húngaro explicó que fue informado por el viceministro de Energía ruso, Pável Sorokin, de que especialistas trabajan en la reparación de la subestación eléctrica que garantiza el funcionamiento del oleoducto. Sin embargo, no existe aún una fecha estimada para la reanudación del suministro.
Szijjarto acusó a Bruselas y a Kiev de intentar desestabilizar a su país:
«Durante 3,5 años, Bruselas y Kiev han intentado arrastrar a Hungría a la guerra en Ucrania.
Estos repetidos ataques ucranianos contra nuestro suministro energético sirven al mismo propósito. Que quede claro: esta no es nuestra guerra. No tenemos nada que ver con ella, y mientras estemos al mando, Hungría permanecerá al margen».
Además, lanzó una advertencia a Kiev al recordar que «la electricidad proveniente de Hungría juega un papel vital en el funcionamiento de su país».
Ucrania se burla de Hungría

Lejos de desmentir el ataque, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andréi Sibiga, reaccionó con ironía contra Budapest.
«A Hungría se le ha dicho durante años que Moscú es un socio poco confiable.
A pesar de esto, Hungría ha hecho todo lo posible por mantener su dependencia de Rusia», escribió en X. Y añadió: «Ahora pueden enviar sus quejas —y amenazas— a sus amigos en Moscú».
Szijjarto respondió recordando que «el hecho es que Ucrania atacó el oleoducto que suministra petróleo a Hungría».
Moscú respalda a Budapest y acusa a Kiev de terrorismo
Desde Rusia, la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, endureció el tono al calificar a Kiev como un «monstruo inmoral y sanguinario». Según la diplomática, las acciones ucranianas forman parte de una estrategia más amplia de desestabilización en distintos continentes:
«En África ya cometieron atentados. En Oriente Medio dejaron su huella. Reclutaron a ciudadanos de Asia Central para el terrorismo. En Europa dominaron el mercado ilegal de armas. Con clientes occidentales perfeccionaron el tráfico de órganos. El régimen de Bankovaya [la sede de la presidencia ucraniana] ahora no se detendrá ante nada».
El incidente ocurre en un contexto diplomático delicado, tras la reunión del viernes en Alaska entre los presidentes de Rusia y Estados Unidos, Vladímir Putin y Donald Trump, y en vísperas del encuentro que este lunes sostendrá el mandatario estadounidense con Volodímir Zelenski en la Casa Blanca.